VICTORIA 01 | Por Rebelde Buey | (VERSIÓN 1.1.1 - 07.09.2020)
—Cornudo, alcanzame la
cartera…
Me sorprendí, por supuesto.
No parecía un chiste. Mi mujer estaba muy seria, y no veníamos diciendo nada
como para que me hablara así, solo le había cuestionado tímidamente sobre
su ropa, que me había parecido un poco zafada: una camisola breve y anudada al
medio, que le dejaba al aire sus pechos fabulosos, y una minifalda que iba a
estrenar y tan solo de verla me provocaba hormigueos en la entrepierna. Así que
no entendí ni pizca, ¿querría jugar a que yo era el marido de otra?
—¿Cómo cornudo? ¿Por qué
cornudo?
Tomé la cartera que ella había
dejado al lado del televisor. Estábamos en un hotel lujoso, como en cada una de
nuestras vacaciones. Recién llegados.
—Porque de ahora en
adelante vas a ser mi cornudo.
Le sonreí al alcanzarle su
cartera, que no tomó. Busqué su risa cómplice, sus ojos de “es una broma”. No
había nada, su expresión era nada.
—¿De qué…? ¿Qué te pasa,
Victoria? Si es un chiste…
—No es un chiste y lo
sabés. Te pedí que vieras esas páginas en Internet antes de hacer este viaje.
Te dije que iba a haber cambios y te dije que leyeras todo eso. Lo hiciste, ¿no?
—Yo… Pensé en leerlo a la
vuelta. Eran un montón de blogs y páginas de sexo, y tenía mucho trabajo.
Escuchame, si es algo sexual, alguna posición, lo hacemos… Estamos de
vacaciones, estamos relaja…
De pronto giró su rostro y
me miró con unos ojos fríos como no le había visto nunca. Dejé de hablar sin
que me lo pidiera, aún sosteniendo su cartera entre mis manos, de pie y junto a
ella.
—No, Verbeno, escuchame vos...
Callate un minuto y escuchame porque esta charla la vamos a tener una sola vez,
y va a ser ahora. ¿Entendés? Nada de volver a hablar todo esto a la noche,
cuando yo vuelva, ni nada. Ahora y nunca más. ¿Entendido?
—¿Pero de qué…?
—¿Entendido? Necesito saber
que entendiste que no vamos a volver a hablar de esto. ¿Ok?
Me senté en la silla, a su
derecha. Estaba enojada porque no había leído sus malditas páginas web. No me
iba a pedir el divorcio por semejante pavada, pero igual tuve miedo.
—Escuchame —retomó con
calma—. Estamos de vacaciones. Estuviste todo el año trabajando duro; yo,
también. Nos casamos hace meses, nos fuimos de luna de miel, nos fuimos a vivir
juntos… y en quince días, al regresar, volveremos a estar otro año trabajando,
haciendo proyectos juntos, amándonos y viviendo como un matrimonio feliz, ¿sí? Pero
ahora estamos de vacaciones. Y yo, para nuestras vacaciones, tengo otros
planes. Para éstas y para las que vengan. Desde ahora y para siempre.
«Oíme bien, por estos quince
días vos no me vas a tocar. No vamos a hacer el amor, me refiero. O si
preferís, no me vas a penetrar. Porque hay muchas maneras de hacer el amor, como ya irás sabiendo...
«Durante nuestras
vacaciones vos vas a ser mi cornudo. ¿De qué te reís? Mi cornudo, sí. Vamos a
ser un matrimonio normal, solo que a la noche vos te vas a quedar acá en el
hotel esperándome mientras yo me voy a hacer garchar por otro. Te dije que no
es un chiste, dejá de poner esa sonrisa de idiota. Escuchame, ya sé que es
raro, y ya sé que no te va a gustar al principio, pero yo lo necesito, me
gusta, y estoy casi segura que con el tiempo a vos también te va a gustar. Es
solo lo que duren las vacaciones, después, durante el año, volvemos a nuestra
rutina de siempre, y ahí sí ya lo podemos hacer y por su puesto yo vuelvo a ser
fiel, como siempre. Todo el año. Hasta las próximas vacaciones.
—¿Es porque trabajo mucho?
¿Es porque la tengo chiquita? Podemos comprar un consolador de esos grandes y…
Por primera vez sonrió, más
como una madre ante un niño que como una esposa.
—Me encanta que seas tan comprometido
con tu trabajo, es una de las cosas que me enamoraron de vos. Y no la tenés chiquita, la tenés normal... Tampoco es tan importante, al menos para mí. No le des vueltas, mi amor,
no estamos negociando, no te estoy pidiendo permiso. Te estoy diciendo cómo van
a ser las cosas a partir de ahora. Durante el noviazgo no te dije nada porque
quería estar segura de que me amabas. Pero ahora ya estamos casados y viviendo
juntos…
De pronto, parte de mi
mundo se ensombreció.
—¿Cuánto… cuánto hace que
me engañás…?
—No, bobo, nunca te engañé.
¿Por qué te pensás que te estoy diciendo todo esto? Si fuera de las que engaña,
me ahorraría el problema y no pondría en riesgo el matrimonio.
—¿En riesgo? Victoria, yo
te amo… No pensarás…
—Y sí, está en riesgo;
porque si no aceptás, esto se termina. Y no te estoy manipulando ni metiendo
presión… Lo pensé bien. Si no me dejás ser yo misma aunque sea los pocos días
de vacaciones que tengamos, me separo. No te pienses que soy una hija de puta, a mí tampoco
me gusta la idea, pero yo también hago mi parte de sacrificio el resto del año,
siéndote fiel.
—Es que… No alcanzo a
procesarlo… Si necesitás una noche porque te quedó algo pendiente de cuando
eras soltera, podemos…
—Mi amor, no va a ser una
aventurita de una noche. Van a ser todos los tipos que me pinte. Puede ser una
vez sola durante los quince días o varias veces por día, todos los días… ¡Yo
qué sé! Tendrías que haber entrado a los sitios que te dije y haber leído todo.
Me prometiste que lo ibas a hacer.
Se hizo un silencio de
iglesia. Ahora comprendía su insistencia para que viera esos sitios. ¿Serían
sitios swinger?
—Yo… no creo que pueda
tolerarlo… No sé cómo vos vas a tolerar que yo le ponga una mano a otra muj…
La furia estalló en Victoria. Sus ojos pasaron de hielo a infierno en un chispazo.
—¡No, Verbeno, ¿¡estás en
pedo!? ¡¡Ni se te ocurra tocar a otra mujer que no sea yo porque te la corto!! Sos
un cretino, ¿cómo me vas a hacer eso? ¿En serio me lo decís, o me estabas
provocando?
Otra vez me quedé
desconcertado y mudo.
—Acá el único cornudo por
quince días vas a ser vos. Bah, por las vacaciones, porque si nos vamos unos
días en invierno, también aplica. Es cada vez que nos vayamos de vacaciones.
—¿Cada vez? ¿Todas las
veces?
—Siempre. Toda la vida. Son
solamente unos pocos días por año, dejá de quejarte.
—Es que… es una locura. ¿De
dónde sacaste todo esto?
—Del sitio lo saqué. Te
dije que lo leyeras. Hay un montón de formas, y un montón de juegos y sistemas.
Y a mí el que más me gustó es éste. —Suspiró, no sé si cansada o enojada, pero
los pechos se le inflaron y el escote pareció dejarla aún más expuesta—. Escuchame,
ahora bajo al lobby del hotel…
Cruzó las piernas para el
otro lado. Entre la minifalda infartante que tenía y el escote que apenas
cubría lo mínimo de sus pechos, mi erección se hizo plena. Supongo que habrá
visto mi rendición a ella y a ese cuerpo, en toda mi cara.
—¿A-así…? —Y le señalé la
ropa, con mis ojos.
—Sí, así vestidita como
estoy. Me voy a tomar algo al bar y a preguntar cómo son los horarios de la
pileta, el spa y todo lo demás. Desde el momento en que salga de la puerta, no
vamos a volver a hablar de esto nunca más, ¿me entendés? Nunca. Así que quiero
que te comportes como el cornudo que vas a empezar a ser. Yo no te voy a decir
más nada, leé todo en el sitio que te dije, la puta madre. Si lo hubieras leído
toda esta charla me la habrías evitado. Ahí está todo: cómo tenés que
comportarte conmigo, cómo tenés que comportarte frente a los machos, cuándo
entrar a la habitación, todo. Hasta cuándo te podés hacer una paja, está.
Si me preguntan, no sé cómo
ni por qué no me rebelé hasta entonces. Pero lo de las pautas fue como una gota
sobrando el vaso.
—Estás loca. No voy a
aceptar vivir de acuerdo a un sitio que encontraste en Internet.
Victoria frunció la cara y
les juro que pude ver el dolor —genuino dolor— en su alma. Se puso de pie
aguantando un llanto y tomó la cartera. Me pareció escucharla sollozar.
—Está bien, es una pena
—dijo. Y sí, estaba lagrimeando—. Pensé que eras la clase de hombre con
suficiente personalidad para que este tipo de cosas no te hagan sentir
inseguro. No hace falta que te vuelvas conmigo, quedate la semana acá. Cuando regreses
vas a encontrar tu casa sin mis cosas, yo sé que… yo te amo, ¿sabés? Te amo en
serio. Pensé que ibas a entenderme con esto… lo... lamento.
No era joda. No era
manipulación. Estaba quebrada. En ese momento me di cuenta que ella, por más
altiva y fría que se mostraba, estaría igual o peor que yo, pues de verdad se
estaba jugando todo lo que tenía a un número incierto. Empezó a andar rápido
hacia las maletas, más de impotencia que de apurada.
—No, pará —la detuve—. ¿A
donde vas? Esto es una locura. Si era un chiste... —Ante la sola mención de que
podía ser un chiste me soltó la mano y llegó a la valija abierta y agarró algo
y empezó a guardar—. ¡Esperá! —Se detuvo—. Está bien, ya entendí que no es un
chiste, está bien... Pero no podés pedirme salir a coger a todo el mundo y que
yo reaccione como si nada. Me tiraste todo eso en dos minutos, no sé ni cómo me
siento ahora mismo.
—Lo único que importa es tu
sentimiento conmigo. ¿Me seguís amando?
—Sí, claro…
De pronto estábamos
hablando. Dialogando. Sin monólogos.
—Entonces, todo lo demás,
¿qué importa?
Se acercó a mí. Ella era un
poquitín más alta que yo. Sonrió y me besó. Me besó igual que en el primer
beso. Amor y fuego como una sola cosa.
—Te doy 24 horas para que
lo pienses. Mañana, a esta misma hora, a las 21, voy a salir de verdad por esa
puerta, y esa vez sí, te juro que salgo para el lobby y acá se queda un cornudo.
O salgo para casa y acá se queda un ex esposo.
Me sonrió como disculpándose
por las lágrimas, que se secó con el dorso de un dedo, y se dirigió al
vestidor.
—Voy a ponerme una ropa
para que me vean con mi marido. —Se quitó la camisola y la pollerita y se puso
un pantalón verde y una remera sin mangas—. La de recién, que es la clase de
ropa que voy a usar en todas nuestras vacaciones, es la ropa para que me vean
con el cornudo.
Posó sus nuevas prendas
para mí con una sonrisa y me cruzó para que salgamos al pasillo. Me costó
caminar cómodo, tenía una erección como nunca había tenido. No por lo de
acostarse con tipos, sino por el carácter y la determinación de su ultimátum.
Supe por esa erección que iba a aceptar sus términos en estos quince días, y tratar
de que en el trabajo no me dieran vacaciones nunca más.
Caminamos hacia los
ascensores.
—Serían solo estas dos
semanas, ¿no? Después, durante el año, no me vengas con que te van a dar ganas.
—Durante el año vos vas a
ser mi hombre, como siempre, y yo voy a ser la mujer más fiel que hayas tenido
en tu vida. Y lo sabés.
—Sí, lo sé, pero… y estos
quince días, ¿conmigo nada de nada?
—Nada.
—¿Ni siquiera unos besos? ¿Ni
palabras lindas?
—Besos, sí; leé el sitio. Y
palabras lindas, también: cornudo es lo que más vas a escuchar. Es una palabra linda, ¿no?
—¿C-cornudo...? ¿Quién me va a
decir cornudo?
—Todos te van a decir
cornudo. Cada vez que terminemos nuestras vacaciones y dejemos el hotel en el
que hayamos estado, seguro vas a ser nombrado por todo el
mundo como “el cornudo”.
—¿Cómo todos? ¿Vos… vos
también, mi amor?
—Yo, la primera. Y todo el
tiempo.
—¿Y vos decís que al final me
voy a acostumbrar?
—Sí, cuerno.
—C-cuerno me parece mejor…
creo…
—Así me gusta, cuerno…
—Tengo 24 horas, ¿no?
—Ni un minuto más, cuerno.
—Cuerno… je! Es más digno
que cornudo, ¿no?
—Sí, cuerno. Mucho más
digno…
14 COMENTAR ACÁ:
Mucho mas digno... por supuesto lo es... seguro que se va a acostumbrar...
Esplendido!!!
Me encanta la manipulación de ella!!
Con dignidad Cuerno!!
De estalo! Y ni siquiera tiene sexo explicito... Bravo! Y el cornudo (perdon, cuerno que es mucho mas digno) sosteniendo su cartera mientras ella le esta regañando. Me encanta!
La foto del final, se parece a una botinera, casada con un jugador argentino que juega en Francia...
las dos fotos son de la misma chica. no sé nada de ella, solo que es modelo y vive en USA
Ya lo se, Rebelde. Era una broma
ahhh jajaj es que varias veces me han preguntado por la modelo elegida. la fuerza de la costumbre ^^
PRIMERO.- Las PLÁTICAS que escribes sobre tus “Parejas” de Puta y Cornudo.
Siempre nos parecen; Morbosas, Eróticas, Humillantes, etc…
Y una muestra es la que ocurre al final de esta historia.
“Y palabras lindas, también: cornudo es lo que más vas a escuchar.
Es una linda palabra, ¿no?
—¿C-cornudo? ¿Quién me va a decir cornudo?
—Todos te van a decir cornudo.
Cada vez que terminemos nuestras vacaciones y dejemos el hotel en el que hayamos pasado nuestras vacaciones, seguro vas a ser nombrado por todo el mundo como “el cornudo”.
—¿Cómo todos? ¿Vos… vos también, mi amor?
—Yo, la primera. Y todo el tiempo.
—¿Y vos decís que al final me voy a acostumbrar?
—Sí, cuerno.
—C-cuerno me parece mejor… creo…
—Así me gusta, cuerno…”
Son inolvidables, tus “PLÁTICAS” de Puta y Cornudo.
Federico y Señora.
P.D.-¿Pregunta este es el inicio de una saga?
¿o solo una historia única?
Pues tiene potencial.
En verdad es una historia única que tenía casi terminada,y que decidi subir para que no pasara tanto tiempo sin publicar. Pero antes de subirla vi otras fotos de la misma esposa y x eso le puse el (01) en el título. Más "por las dudas" que x algo cierto.
Que venga el (02)... y el (03)... Seguro que todos lo esperamos por lo potencial de manipulación y humillacion para el cornudo... mejor, el cuerno, por la dignidad... ;)
Esa es una fantasia que tenemos cpn2 Vero, si bien somos cuckold hace unos 10 años, en vacaciones siempre con los nenes, nunca lo pudimos hacer
Formidable historia Rebelde! Riquisimo personaje el de Victoria una Hotwife con un caracter como pocos personajes en el mundo Rebelde.
Algunas partes que son musica...«Oíme bien, por estos quince días vos no me vas a tocar. No vamos a hacer el amor, me refiero. O si preferís, no me vas a penetrar. Porque hay muchas maneras de hacer el amor, como ya irás sabiendo...
«Durante nuestras vacaciones vos vas a ser mi cornudo. ¿De qué te reís? Mi cornudo, sí. Vamos a ser un matrimonio normal, solo que a la noche vos te vas a quedar acá en el hotel esperándome mientras yo me voy a hacer garchar por otro. Te dije que no es un chiste, dejá de poner esa sonrisa de idiota. Escúchame, ya sé que es raro, y ya sé que no te va a gustar al principio, pero yo lo necesito, me gusta, y estoy casi segura que con el tiempo a vos también te va a gustar. Es solo lo que duren las vacaciones, después, durante el año, volvemos a nuestra rutina de siempre, y ahí sí ya lo podemos hacer y por su puesto yo vuelvo a ser fiel, como siempre. Todo el año. Hasta las próximas vacaciones....uno se imagina al cornudo sudando, riéndose nervioso y empezando a tener una erección cómplice sin saber que le terminara gustando.
Viva Victoria!!
SALUDOS VIKINGO MIRON
Este relato también representa una fantasía mía . Por supuesto yo aceptaría la propuesta enseguida e insistiria que no se límite solamente a las vacaciones. Por qué no también los Findes?
Sigo esperando la cuarta parte de Junior, cuando deje preñada a la madrastra y hermanastra, despues de dos cogidas bestiales, de varias horas a cada una, con el logico emputecimiento de ambas, que solo quieren ser cogidas a cada rato, y el marido y novio de la hermana con unos cuernos gigantes, gracias desde ya.
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