JUNIOR – Episodio 02
(VERSIÓN
1.3)
Inspirado en la saga de
Junior, del comic Brenda la Tetona (por Smudge).
por Rebelde Buey
Sábado 20. Madrugada.
5.
Brenda se sobresaltó sin
motivo. No había sido un sueño, aunque su respiración era agitada y le subían y
bajaban los pechos bajo el camisolín transparente. A su lado, su esposo Jimmy
seguía tronando como un aserradero. Un poco por intranquilidad, otro poco por
no saber qué hacer, se levantó tratando de no despertar a su marido y salió de
la habitación.
Fue directo a la piecita de
Junior, como atraída por una fuerza superior.
“Debo ser una buena madre… Debo cerciorarme de que mi pequeño Junior
esté bien…” se dijo al abrir la puerta. Se preguntó en ese momento si otra
vez aquel bebé negro de inusuales proporciones estaría con el pañal corrido y
mostrando su… “pitulín” desnudo. Estaba en estas cavilaciones, mojándose sin
querer los labios con la punta de su lengua, cuando vio la cuna vacía.
—¡Por Dios, Junior! —Junior no
estaba por ningún lado—. ¡Mi bebé…! ¿Dónde está mi bebé…?
Brenda salió de la habitación
a toda prisa. No se veía a su pequeño en el pasillo y tampoco parecía estar en las
escaleras. Entró a la habitación de Lisa, antes de disponerse a bajar. Y lo
halló. A Junior. Y sí, casi tan desnudo como ella se imaginó que estaría.
El enano presidiario confundido
por un bebé estaba al pie de la cama de su hija, sin pañal y ostentando una
erección formidable. Otra vez. Lisa dormía, respirando pesadamente, y el
inocente Junior intentaba llevarle el vergón negro y brilloso a la boca de la
bella durmiente.
—¡Junior, no! —gritó en un
susurro Brenda.
La cabezota de la pija de
Junior entraba en ese momento en la boquita delicada de la pequeña que, quizá
soñando, la abría para facilitar la penetración de la dura carne. Vaya saber
qué estaría imaginando la pequeña. La cuestión es que el bebé, con esa erección
que de seguro le debía doler, buscaba cobijo, acaso un bálsamo de alivio en los
labios somnolientos de su hermanita.
—¡Junior, por favor…! —le
pidió Brenda, y lo agarró justo cuando la verga negra e inflada comenzaba a
entrar seriamente—. ¡Yo sabía que algo te ocurría! ¡Mi instinto de madre me
despertó y me dijo que me necesitabas…!
Con esfuerzo, porque el crío
pesaba y se resistía a sacar el pijón de la boquita de la dormida Lisa, Brenda
alzó a su bebé y se lo llevó en brazos, fuera de la habitación. Junior quedó
así medio doblado y boca arriba, ostentando la tremenda erección hacia el
cielo, hacia el rostro de la mami. El vergón era tan grande y Brenda iba tan encorvada
por el peso del bebé, que la punta ancha de la pija le quedaba a dos o tres
centímetros de su rostro.
—¡Pobrecito, lo que ha de
dolerte esta inflamación…! ¡Lo que debes estar sufriendo!
Brenda suspiró sonoramente sin
quitar los ojos de ese glande redondo, oscuro, de piel estirada.
“Ay, Dios mío, hace que el pene de Jimmy parezca el de un bebé…”
Brenda llevó a Junior a la
habitación de él, pero la baranda de la cuna estaba puesta y se sintió sin
fuerzas ni tiempo para acomodarlo allí. Decidió ir a su dormitorio; de todos
modos su marido estaba en el reino de los sueños.
—Junior, mi bebé… Mamá va a
aliviar esa hinchazón tan grande que tienes entre tus piernitas…
La verga gigantesca de Junior
pegó un latigazo, con lo que rozó los labios de la inocente rubia. “¡Síii, puta! ¡Te voy a enchastrar la cara
otra vez!”
Con el andar, la pija se movía
a un lado y al otro y los ojos de Brenda no podían —simplemente no podían—
apartarse de ese vaivén. Chocó contra el marco de la puerta, por distraída, y
luego entró a su habitación.
Adentro, los ronquidos de
Jimmy les dieron la bienvenida.
Brenda se sentó en la cama,
con su camisón transparente, junto a su desmayado marido. Llevaba también
puesta una bombachita breve y ajustada, metida muy muy en la cola, como a ella
le gustaba, y nada arriba. Acurrucó a Junior de modo que quedara sobre su
regazo, la cabeza del pequeño aplastada por uno de sus enormes pechos, y la
pija del negro sobresaliendo hacia ella, como si la llamara.
Brenda sintió su corazón
acelerarse. Tomó con una de sus manos el vergón oscuro y exageradamente largo y
ancho, del tamaño del antebrazo de un hombre adulto.
—Ohhh… —suspiró sonoramente.
Junior le buscó el pecho con
sus manitas y boca, como ya había hecho antes, y Brenda le apretó el vergón con
sus dedos de uñas pintadas, agitándolo hacia arriba y abajo, suavemente.
—Mi amor, mamá te va a
aliviar… —recitó, estremeciéndose con el contacto suave de esa piel y la dureza
que protegía. Sentía el calor de esa barra de carne que no podía rodear con su
mano y, a la vez, la frescura de los pliegues de la pielcita del glande.
—Hmmmm… —gimió Junior en el inicio
de la paja.
Y Brenda sintió la boca en sus
tetas, y el manoseo lascivo de ese bebé que la empezaba a magrear igual que
algunos muchachones negros en su época del High School, y mucho mejor que el
insípido de su marido. Si no fuera un bebe tan pequeño y necesitado, Brenda
hubiese jurado que esas manos y esa boca eran las de un convicto prófugo.
—Oh, por Diosss… —Brenda
agitaba arriba y abajo la verga de Junior y se estremecía cada vez que la
recorría. Era tan larga que demoraba en subirla, y al bajar su mano hacía tope
con los testículos negros de la criaturita, y a veces se tentaba de manosearlo
ahí. No sabía si eso aliviaría a su hijo, pero calculaba que sí. Por eso a
veces lo hacía. Le gustaban esos testículos gordos, enormes, de toro, de macho,
y hubiese dado cualquier cosa para que los dos huevitos miserables de Jimmy fueran,
juntos, al menos la mitad de uno solo del bebé.
Junior gimió otra vez, con su boca
llegó al borde del escote del camisolín de seda y hurgó hasta alcanzar el pezón
de Brenda.
—Ay, Junior, no… —dijo sin
convicción la rubia. Junior hurgó más y se llenó la boca con el pezón grande y
gomoso como el caucho de un chupetón.
Brenda gimió.
—Ahhhh… Junior, mi amor… —y
miró para el costado, hacia su marido, que seguía dormido.
El bebé le tomó el pecho del
otro lado para acercarse así la tetota contra su cara, y se llenó el rostro con
esa carne blanca, y chupó más, y chupó fuerte. Brenda no dejaba de masajearle
arriba y abajo el vergote al negro, y comenzó a sentir un hormigueo en el bajo
vientre.
—Ay, mi amor… no tengo leche,
bebé… Mami no tiene leche…
Y entrecerraba los ojos
mientras sentía la boca del negro sojuzgar el pezón de su pecho izquierdo y
mientras mantenía la subida y bajada por el enorme falo con toda su mano—. Qué
pedazo de… Ohhhh…
“Así, putón, así…”
Junior soltó los pechos y dejó
de chupar por un segundo. Mientras la rubia tonta seguía masajeándole el
vergón, el pequeño se trepó sobre su madre, que tuvo que recostarse un poco por
el peso del negro. Brenda quedó boca arriba, apoyada sobre el respaldo de la
cama. En el movimiento, parte de sus ancas y espalda aplastaron el brazo de su
marido, que seguía roncando como si nada.
—¡Junior, quieto, que papá se
va a despertar!
“¡Qué
quieto ni qué carajos, te voy a coger esas tetas hasta que se me acalambre la
pija!”
Junior tomó de las muñecas a
su mami, como si la estuviera doblegando, y se le sentó arriba; la pija le
quedó hacia el cielo, enrome, durísima, como un mástil sin bandera. El negro
notó que la débil rubia no podía quitarle la mirada de ahí.
—Ju… nior… pórtate bien, cielo…
Que papá no se despierte…
Brenda sentía el calor y el
peso de los testículos del bebé convicto sobre su abdomen. Suspiró sonoramente
y entrecerró los ojos. Junior avanzó sobre ella y a los manotazos le abrió el camisolín
transparente. Los pechos saltaron hacia el negro, enormes, jugosos, regalados.
Abajo, la bombachita blanca, bien calzada, era un celador fiel de su sometida
mami. Fiel y húmedo.
Junior trepó sobre la rubia y
le tomó cada uno de sus pechos con ambas manos, llenándose las manitos con los
pezones grandes, rosados y duros. Las tetas se abrieron y Brenda tomó el vergón
del negro.
—Deja que mami te alivie un
poquito…
Y comenzó a agitarlo
suavemente. Junior metió su verga entre las tetas de Brenda y con las manos los
apretó.
—Ahhhhhh… —gimió maternalmente
la mami adoptiva.
Junior retorció otra vez los pezones
y clavó la pija entre esos pechos fabulosos. Se paró en la cama con las piernas
a un lado y otro de Brenda y comenzó de a poco a cogerle las tetas, tomando a
la hembra de las ubres, sin soltarla jamás, retorciéndola de placer y dolor.
—¡Junior! —se quejaba entre
jadeos Brenda, mientras no dejaba de magrear el vergon negro—. Oh, Junior, no
le hagas eso a mami… —y miraba de reojo a su marido, durmiendo al lado,
hamacándose por el movimiento del negro sobre ella, y el de ella sobre el brazo
del cornudo.
“Ahhh… Qué pedazos de tetas, putón! ¡Cómo te las estoy cogiendo!!!!”
Y el negro prófugo seguía violándole
los pechos, entrándole verga y sacándosela como un poseso. La barra gruesa de
pija se metía por debajo de las tetas y se incrustaba en toda esa blandura de
curvas voluptuosas, y salía por el otro lado, por arriba, a escasos centímetros
del rostro de la mami. Cuando el negro retrocedía, el vergón se escondía y
volvía a aparecer medio segundo después con más fuerza, más grande, más
hinchado, más violento.
—Ahhhh… Ahhhh… Ahhhh… —Junior
comenzó a gemir, ya no podía controlar la leche, ni el morbo y mucho menos su
propia voz.
—Mi bebé, te duele tener tan
hinchado tu pitito… Mami te va a aliviar…
Brenda soltó la verga, la
acomodó amorosamente entre sus pechos, y se tomó éstos desde afuera y los apretó
hacia adentro. Volvió a mirar a su marido, vigilando que no se despertara. La
pija quedó más enguantada que nunca, y Junior sintió que lo único que deseaba
en este mundo era soltarle la leche a ese putón mandado del Cielo.
—¡¡Aaaaahhh!! —gimió el negro,
ya muy fuerte.
—¡Shhht! ¡Que papi se va a
despertar! —Brenda, con sus manos apretando sus pechos para presionar sobre la
verga del negro, retó dulcemente a su bebé mientras sus tetotas seguían siendo
vejadas y taladradas por ese pistón de carne dura y negra.
Jimmy se dio vuelta, dormido.
Sin dudas estaría soñando y su inconsciente mezclaría los sonidos, o algo,
porque dijo:
—Brenda, ese chico se queja…
Haz algo para aliviarlo…
Con el negro montado arriba
cogiéndole los pechos, Brenda miró de reojo a su marido y murmuró para
calmarlo.
—Sí, mi amor, lo voy a vaciar
para aliviarlo…
El negro seguía aferrado a los
pechos, y los estiraba como si estuviera manejando una motocicleta, y su cuerpo
enterraba pija y más pija entre las tetas de su madre adoptiva. Jimmy, por los
jadeos, giró un poco su cuerpo y el brazo libre lo llevó hacia su mujer, como
queriendo abrazarla. La mano del cornudo fue a buscar los encantos de su esposa,
y quedó atrapada entre el pecho izquierdo de su mujer y la pierna del negro.
Junior siguió cogiendo, ya se
venía. Se movía con furia y la transpiración comenzó a jugar sucio. La pierna
del negro aprisionó más la mano de Jimmy y con el sudor, ésta se movió. Con los
primeros espasmos del preso, la pierna se abrió y la mano del papá adoptivo fue
a quedar entre el pecho de su esposa y uno de los testículos del vejador.
Junior sintió la caricia involuntaria en sus testículos, y Brenda quiso tal vez
dejar bien parado a su marido:
—Mira, Junior, papá también
quiere ayudar… ¡Pero por las dudas no lo despertemos!
La fricción de esas tetotas aprisionando
su verga negra era demasiado, y la mano del cornudo en sus testículos fue la
gota que colmó el vaso. Junior retorció aun más los pezones de la rubia tonta y
penetró más fuerte para largar el lechazo.
Brenda sintió el
endurecimiento del descomunal pijón como un latigazo. Y como un latigazo
también, la leche del pequeño recorrerle en una fracción de segundo desde los
testículos hasta la punta del glande
—¡Ahhhhhhhhhhhhhhh…! —gimió
desesperado el negro.
—¡Junior, que vas a despertar
a Jimmy!
El lechazo brotó fuerte,
líquido, acuoso, y fue a dar directo al rostro de Brenda, que seguía presionando
con sus tetas. Aunque lo supo venir, a la rubia igual la tomó por sorpresa. La leche
le pegó en la cara y le empapó boca, nariz y ojos, salpicándole un poco los
cabellos. Por reflejo se corrió un poco para el costado, justo hacia donde
estaba su marido durmiendo. El segundo lechazo lo recibió también en pleno
rostro, mientras miraba tiernamente a Jimmy, suspirando junto a ella.
El pequeño Junior no dejaba de
bombear entre las tetas, ni de apretar ni sacudir esos pechos fabulosos. Brenda
notó que además de tener empapada la cara, también se había mojado la tanguita,
y se dijo que sería la falta de aire acondicionado que la hacía transpirar.
Recibió el tercer lechazo en plena cara mientras gorgoritaba un reto hacia su
bebé.
—Juniogghh, nooo… Egstáj
ensugciando a mamiggg…
“Callate, putón! ¡Callate y recibí la lecheeeehhh…!!!”
Jimmy se removió incómodo pero
no se despertó. Quitó la mano de los testículos del negro y la subió hasta el
cuello de Brenda. La leche que había volcado el falso bebé en la cabeza de la
rubia ahora bajaba por los costados, mientras Brenda se desesperaba por
limpiarse con una mano y con la lengua, para que no se le quedara en los
labios. El primer filamento lechoso cayó sobre la mano de Jimmy justo cuando
Junior ya daba sus últimos espasmos y se desplomaba sobre las tetas de su madre
adoptiva.
—¡Junior, mira el enchastre
que hiciste con mami! —lo retó sin convicción.
Brenda siguió sobando con un
suspiro ansioso la pija ya medio blanda del negro y escurrió los últimos
gotones dentro de su boquita. Miró a Jimmy, a su lado. Y se levantó y fue a
limpiar y acostar a su bebé, con un suspiro de satisfacción… por el deber
materno cumplido.
Sábado 20. Mañana.
6.
Un cochecito de ruedas enormes y rayos pulidos
como el sol avanzaba por los pasillos del mall a toda velocidad. Tenía el techo
totalmente desplegado para proteger al bebé, y una manta y una cortina de tul
terminaban de ocultarlo.
Brenda lo conducía con brío, con nervio, con
orgullo de madre.
—Mi amor, te lo suplico —rogaba Jimmy,
arrastrándose un paso detrás de su mujer—. Ese bebé no es nuestro, si nos llega
a descubrir la policía podremos terminar en la cárcel.
—No voy a dejar a mi pobrecito Junior desnudo todo
el fin de semana. Vinimos a comprarle algo de ropa y eso haremos.
—Está bien, pero no lo saques del cochecito. Un
bebé negro con una pareja blanca… A la gente le llamará demasiado la atención…
—¿Qué importa lo que piense la gente?? No me gusta
ocultar a Junior. Cuando lo adoptemos legalmente vamos a llevarlo a todos lados
para que el mundo vea lo mucho que él me llena con su amor.
—Mi vida, no quiero que te hagas ilusiones… No es
sencillo adoptar a un niño y mucho menos si estaba abandonado en la calle…
—Ya verás que sí. Como buena madre que soy, seré
capaz de hacer cualquier cosa para que permitan adoptarlo.
Entraron al departamento para bebés y madres, y ya
Brenda no escuchó ni le importó más nada. Sus ojos se agrandaron, su sonrisa se
hizo ancha y su ansiedad y entusiasmo se adueñaron de ella.
—¡Jimmy, mira este uniforme de marinerito! —se enloqueció
sacando un lujoso trajecito blanco y azul, cosido a mano— ¡Y este sonajero con
cabeza de elefante! —y revolvía el canasto de juguetes.
—¡Por Dios, Brenda! ¡No vamos a comprar toda la
tienda!
Una vendedora se les acercó, a pura sonrisa.
—Hola, papis…. ¿Buscando algo para su pequeñín?
La vendedora era una morocha delgada, muy
atractiva, de cintura angosta y ancas y pechos generosos. Jimmy le sonrió
babeando como un idiota.
—¡Queremos toda la tienda!
Brenda miró a su marido con ceño fruncido.
—¡Jimmy, vinimos acá por Junior! ¡Compremos un
poco de ropa y volvamos rápido a casa!
El tul no permitía ver hacia adentro, pero sí
desde adentro hacia afuera. Junior vio a la morocha de falda corta y buenas
curvas y se removió en su cunita, empalmándose en un instante.
—Ammm… Ammm… —gimió. Brenda supo lo que el
pequeñín necesitaba.
—Señorita… —se dirigió a la vendedora—. Tengo que ordeñar
a mi bebé…
—¡Brenda! Se dice amamantar… ¡Vas a amamantar al
bebé!
La vendedora los miró confundida. Igual resolvió:
—Puede utilizar el vestidor grande, señora…
Jimmy se intranquilizó. No le gustaba que nada
referido al bebé se hiciera público.
—Mi amor, ¿por qué no vamos a casa? Llevemos cualquier
ropa y…
—No hay tiempo. Junior ya se está quejando y yo sé
cómo aliviarlo… ¡Quiero ser la mejor madre del mundo!
La vendedora amonestó a Jimmy con la mirada.
—¡Señor, es su hijo y necesita de su madre!
La vendedora llevó a Brenda con el cochecito a un
vestidor enorme y salió tras cerrar las cortinas. Giró hacia Jimmy y caminó a
él con andar y mirada felinas. Tenía un buen rato para hacerle comprar de todo
a ese tonto pusilánime… Hasta exprimirle la tarjeta no iba a parar.
Dentro del vestidor, Brenda recogió el techo del
cochecito y quitó el tul. Allí estaba su hermoso y tierno Junior, boca arriba,
con el pañal corrido, como de costumbre, y ese vergón enorme, de macho adulto,
grueso y negro, y con una erección de caballo.
—Mi cielo… otra vez con tu pito hinchadito… Lo que
debes estar sufriendo, criaturita inocente…
Brenda alzó a su pequeño desde la cintura, y se
ayudó tomándolo a Junior del vergón, como si fuera una manija. Como buena madre
que era, conocía ya a su niño y sabía que no lo lastimaba. Aquella barra de
dura carne de negro no se lesionaba con nada; al contrario, cada vez que lo
tomaba de allí, la verga no hacía más que endurecerse y latir entre sus dedos. “Ay, Dios mío, qué dura la tiene…”, pensó
sin poder evitarlo.
Se sentó en un silloncito y acomodó a Junior en su
regazo. El negro se removió inquieto, sabiendo lo que venía. Brenda se corrió el
hombro de la camisola y descubrió uno de sus pechos fabulosos, como si lo fuera
a amamantar.
—Mi vida… ¿quieres un poco de mami mientras trato
de aliviar tu dolorcito…?
El negro presidiario se abalanzó sobre el tetón
desnudo y se lo llevó a la boca como un desesperado. Tomó ambos pechos y se
llenó el rostro con las carnes de su mamá adoptiva, mientras ella le rodeaba la
base de su verga con los dedos.
—Ay, mi bebé… —suspiró Brenda, y cerró los ojos
para negar el placer que ya le hormigueaba en los pezones. Y, como en la
madrugada, comenzó a subir lentamente la mano sobre la pija, atrapando el
tronco del negro y recorriéndolo hacia arriba y hacia abajo con lentitud
parsimoniosa. Brenda se dijo que no lo sobaba así por morbo, sino para
asegurarse de que no le doliera. También se dijo, cuando comenzó a acelerar la
paja sobre esa tensa barra de carne, que si lo disfrutaba un poquito era por
esa conexión especial que une a una madre con su hijo.
—Ay, Junior, qué buen pedazo de… —Brenda abrió los
ojos, sorprendida de sí misma—. …de hinchazón tienes acá…
Brenda volvió a entrecerrar los ojos y comenzó a
agitarse. Junior le devoraba uno de sus pechos y ya le desnudaba el segundo, y
ella no reunía voluntad para detener a su pequeño.
“Sí, putita, síííí…!”, callaba el negro, “¡Cómo te gusta la verga, putón! ¡Seguí… Seguí…!”
Cuando Junior desnudó finalmente el segundo pecho,
Brenda volvió a abrir los ojos. Lo primero que vio fue la cabeza gorda y negra
del pijón casi sobre su rostro, en su barbilla. El pequeño seguía prendido a de
uno de sus pechos y magreaba y retorcía el pezón del otro. Redobló la velocidad
de la paja y se las ingenió para tomar la verga con las dos manos.
—Ay, sí… —jadeó Brenda.
Al otro lado de la cortina, la vendedora, que se
había desprendido un botón de su camisa, preguntó al embobado Jimmy:
—¿Su señora está bien…? Me pareció oír que se
quejaba.
Jimmy terminó de firmar uno de los cheques
personales. La pila de ropa de bebé que se depositaba sobre el mostrador era
toda responsabilidad suya.
—Iré a ver… —Sonrió tontamente a la vendedora y se
tropezó con un perchero por mirarle el escote, mientras caminaba hacia el vestidor.
Jimmy abrió la cortina del vestidor y vio a su
mujer sentada y desencajada sobre el sillón. La camisola toda abierta y el
corpiño bajado, los pechos al aire, y la minifalda levemente recogida. Junior
la tenía invadida por completo, como si fuera un pulpo negro y de gruesos
tentáculos, y le sobaba las tetas y le chupaba los pezones, mientras ella
pajeaba el vergón oscuro del tamaño de una botella de vodka. Para llegar a los
pechos —o quién sabe por qué— Junior había hecho pie en la bombachita de su
esposa, que se estiraba entre los muslos y soportaba el peso de la enorme criatura.
—¡Brenda! —exclamó Jimmy en un susurro —. ¿Qué es…?
¿Qué demonios está sucediendo aquí?
—Otra vez se le inflamó el pitito a Junior, mi
amor —respondió la abnegada madre, sin dejar de sobar arriba y abajo el monstruoso
vergón— Y ésta es la única manera de aliviarlo…
—Lo sé, pero… —Jimmy no podía quitar los ojos del
negro sumergiéndose en los pechos de su esposa, y su culito desnudo bombeando
la pija para maximizar los movimientos masturbatorios que le hincaba a su
propia mujer.
—No sabes cómo le late, amor… —Brenda le mostraba a
Jimmy cómo aliviaba a su bebé; el glande, del tamaño de un puño cerrado,
brillaba y latía casi sobre sus labios—. Pobrecito, lo que debe estar
sufriendo…
El bebé giró su rostro por una fracción de segundo
y miró al cornudo, a medias adentro del vestidor, que tenía un bultito pequeño
y duro en el pantalón. Jimmy se preguntó si el bebé no lo había mirado como
burlándose de él. Sonaba imposible.
—Mi amor —pidió Brenda—: me parece que Junior ya
se va a aliviar… ya le está latiendo mucho…
En medio de todo el movimiento, el glande tocó
apenas y sin querer el labio inferior de Brenda. Una gotita se pegó y se
estiró, pegajosa, cuando se retiró.
Jimmy tenía los ojos absortos, como dos huevos
fritos, pero no podía dejar de mirar.
La mano de Brenda soltó la pija y fue a acariciar
las nalgas desnudas de su bebé. Siguió agitando la verga con la otra mano para
no abandonar las necesidades de su pequeño, pero como la naturaleza es sabia,
Brenda se dio cuenta que Junior ya estaba haciendo la mitad del trabajo, porque
se agitaba y contorsionaba sobre sí mismo impulsándose hacia ella y hacia
atrás, ayudando y potenciando la paja que tan amorosamente le propinaba. La
pija de Junior era tan grande que las manos de Brenda solo cubrían una porción.
El resto se le enterraba a veces entre las tetas, y la pija taladraba así sus
pechos y afloraba limpia y cada vez más caliente arriba, prácticamente sobre el
rostro de la madre.
—Oh, Junior… —suspiraba Brenda cada vez que el
glande salía de entre sus pechos y le recorría sus labios. El bebé ya la tenía
tomada de ambos pechos y se hamacaba entre ellos, como en la madrugada. Brenda
supo lo que su hijito necesitaba. Soltó la pija y fue a tomar al negro con sus
dos manos, desde atrás. Lo agarró de las nalgas con una mano y con la otra tomó
los tremendos y pesados huevos y comenzó a acariciárselos mientras el negro
seguía cogiéndole las tetas, con un pie apoyado en la tanguita que se estiraba
cada vez más.
—Ohhhhh… —jadeó Junior, y Brenda supo que su bebé
ya se iba a aliviar con su ayuda.
Como una buena esposa y madre, miró a los ojos a
Jimmy mientras continuaba sobando aquellos huevos rugosos de piel oscura, para
que la pequeña familia que constituían en ese momento se sintiera bien unida. Siguió
mirando a su marido a los ojos y siguió acariciando abajo al negro, suavemente,
pero la mano que le había puesto sobre la nalga se hundió más de lo aconsejable
y sin querer un dedo se le metió entre los cachetitos del bebé. Junior estaba
en ese momento taladrando las tetas como un poseído y el contacto en su ano le
desencadenó todo.
Brenda sitió el orgasmo primero en los huevos que
estaba acariciando. En un segundo sintió alivio, amor, sorpresa y preocupación.
—¡Querido, Junior está a punto de aliviarse!
Jimmy pareció sacudirse de una ensoñación. En una
fracción de segundo advirtió que todo el alivio del pequeñín iría a dar a la
cara y cabellos de su mujer. La vendedora y todo Sears se darían cuenta de que
allí había bebé negro encerrado.
—¡Junior, no! —gritó lo más bajo que pudo Jimmy.
Pero Junior siguió bombeándole dentro de los
pechos, y Brenda sintió el primer latigazo en los huevos, que se tensaron y
endurecieron como una pelota de beisbol.
—¡Se está por aliviar, mi amor! —suplicó Brenda a
su marido.
—Síííí… —pareció jadear Junior, y Brenda sintió la
pija tensarse, y a Junior torcer el cuerpo hacia atrás para tirarle el primer
lechazo.
—¡No puede enchastrarte la cara, querida! —advirtió
Jimmy—. ¡Haz algo para que no te ensucie!
Entonces Brenda no tuvo opción. Le vio venir la leche
a Junior, que se torció y la tomó a Brenda de los cabellos, y ella sólo atinó a
abrir la boca con todo su amor de madre y cobijar el vergón negro en su boca,
que se le metió hasta la garganta como una boa. El glande le llenó el buche y por
extraño que parezca, Brenda se sintió orgullosa de poder engullir la pija de su
bebé de un solo bocado. El lechazo llegó a la cabeza de la pija de Junior en un
instante, y Brenda sintió el chorro tibio y semi acuoso de lleno en la
garganta. Junior no le soltaba los cabellos y empujó nuevamente para tirarle el
segundo chorro de leche. Brenda abrió la boca más grande, tan grande como su
amor de madre, y la pija se le acomodó más adentro y el segundo lechazo entró y
la obligó a tragar la primera leche. La pija de Junior se seguía agitando entre
sus tetotas, fue para atrás y volvió adelante y el tercer lechazo le inundó literalmente
el buche a la pobre Brenda, que no hacía espacio porque no podía tragar tan rápido.
Tuvo el instinto de soltar la leche y dejarla escurrir fuera de su boca, pero
Junior no se lo permitió. No la soltó de sus cabellos y encima le apretó la
cabeza contra su pija como para no darle chances de que no se tragara todo.
Brenda tragó el segundo lechazo, mezclado con el tercero. Miró de reojo a su
marido, que observaba todo con palidez de fantasma, y se preguntó si eso la
hacía una mala esposa, puesto que a él nunca le había permitido algo ni
remotamente parecido.
El cuarto y el quinto lechazo vinieron menos
copiosos, por lo que Brenda pudo ir tragándolos más fácilmente. El vergón de
Junior la llenaba por completo, y la leche le resultaba dulce, deliciosa, revitalizante.
Debía ser por su vocación de madre.
Con Junior agitándole menos su cabeza para que
tragara hasta la última gota, y con toda la acción aflojando, Brenda le soltó
las nalgas a su bebé y fue a tomarlo del vergón para escurrirle la pija y
asegurarse que todo vaya a su boca, no de viciosa, sino para que ningún lechazo
le ensuciara la ropa o la cara y que su bebe no quedara al descubierto. Brenda
se sintió orgullosa de sí misma. Estos sacrificios no le importaban. Podía
tragar la verga y la leche de Junior todos los días si con ello su bebé se
sintiera mejor y estuviese más protegido. Terminó de escurrir con las dos manos
la negra pija de su pequeño bebé y vio a su marido en las cortinas, aun absorto,
aun mirando. Le sonrió, orgullosa, y comenzó a limpiar la pija de Junior, que
estaba embadurnada de la lechita. Tragó literalmente hasta la última gotita y,
ya con su hijito más sedado y cansado, lo arropó en el cochecito, se acomodó el
corpiño, se calzó la camisola y se subió la bombacha. Todo ante la pasividad
inaudita de su marido. Se acomodó los cabellos y, ya compuesta, metió su cabeza
en el cochecito para darle un último saludo a su bebé. Iba a darle un besito en
la frente, pero la verga semi flácida y siempre gorda ahí adelante la hizo
suspirar y le dio sin querer un beso en el glande y, sin querer también, con un
poco de lengua, quizá un reflejo del ejercicio anterior. Cubrió a Junior con la
manta y el tul, cruzó delante de su inmóvil esposo, con la frente bien amplia,
orgullosa y limpia, y salió al negocio para recoger la ropa nueva de su amado
bebé.
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58 COMENTAR ACÁ:
Me levante temprano esperandolo como si fuera un regalo de navidad jejjee quiero mas!!!!!
te hiciste esperar, pero valio la pena excelente relato nos quedamos con ganas de mas. Jimmy povechitoen su cara lo cornean y el ni idea.
cazadora072
En estos días, en que con el pelotudisimo pretexto de la "correccion politica" lo cuestionan a Francella (que, mal o bien, lo unico que hace es seguir la venerable tradion de Capocomicos argentinos)..me ENCANTA leer este relato TAN INCORRECTO..que se burla y se lleva puestos al MATRIMONIO MONOGAMICO, los TOPICOS RACISTAS y la MATERNIDAD....
carlosnava57@hotmail.com
perfecto sigue asi.
Muy buenooo locoo!!, gracias y felicitaciones.
que lindo como la hiso tragar leche a la mami jajaja. Presiento que la hermanita va a correr la misma suerte jaja :p
Excelente como siempre, que estupida la mujer y mas cornudo el marido que no se dan cuenta de la realidad del negro, que manera tan negra de comerse la leche, espero que la hija también la pruebe, que le ayude el cornudo a aliviarlo....gracias esperemos mas del bb.
Muy bueno, esta segunda entrega se está poniendo super caliente. Espero poder leerlo completo pronto! :)
Excelente, Rebelde!!! Y supongo que con el correr del relato se irá revelando cuan puta es Brenda, y cuan cornudo conciente es Jimmy... buenisimo!!!!
Me encantaria recibir el proximo capitulo, cuando lo tengas!
Gracias!
ya se lo he dicho a algunas amistades que me han hecho el favor el matrimonio perfecto como el mio es entre tres verdad? jejejeje sharavalles@hotmail.com
Buenisimo por dios quiero leerlo todo.
Basseteros
Hola Rebelde:
Cada vez te superas mas, este relato lo leí completo sin perder en ningún momento la atención, logras capturar al lector, como siempre en tu línea de excelencia, gracias por estos excelentes trabajos…
Carlos Figueroa
Jimmy se preguntó si el bebé no lo había mirado como burlándose de él. Sonaba imposible.(Loco puede ser)
Y ella sólo atinó a abrir la boca con todo su amor de madre y cobijar el vergón negro en su boca. (paffff)
Que mas decir Brillante, esperemos los siguientes.
Salu2 Manugares
Muy bueno rebelde espero que me puedas enviar el relato completo y que pronto tengamos la continuacion
solapa 27:
excelenet rebelde, definitivamente la hija tambien tiene que probar, y el cornudo del marido seguir creyendo que que brenda es una buena madre..jajaj
super, me encantò asi hay que ser muy buena madre jejejejeje sharavalles@hotmail.com
luizer:
hola rebelde como estas la verdad muy lindas tus historias pero me encantarias que subieras mas de mi novia es una atorranta o las partes de leche de engorde que faltan.. esas estaban muy buenas tambien...
Excelente, Rebelde!!! Tan bueno como el 1, pero con mucho mas sexo.
excelente como siempre
Pues este relato es tan fantastico como todo lo que escribes.
Si fuera una comida seria la mas perfecta ya que no faltan ingredientes, tenemos desde maternidad, cuernos, vouyerismo, interracial, cuerpos dotados y el toque de comedia justo asi como mucho morbo, a futuro espero que la hija entre en accion y tambien que en algun momento Junior se clave a Brenda en presencia del cornudo simplemente por que es buena madre jaja!!
Excelente como siempre!!
VM
me encanta el ambiente del relato,
El momento del cornudo durmiendo y que ni en sueños pueda tocar a su esposa, pq se le aprisiona la mano es brutal.
Me encanta la escena del probador, el pobre cornudo esperando y pidiendola que acabe...magistral
Graciassssssss
Esta exelente el relato, es muy morboso que brenda haga cosas con junior que jamas haga con Jimmy y su ingenuidad sumado a la descripcion fisica que le hiciste me hacen pensar en un puton que me calienta demaciado, ademas esta el plus de que Junior se puede coger o tiene disponible tanto a brenda como a su hija e igualmente ambas saben del tamaño de su padre, esta genial.
CARLOS CACERES.
Esta chevere, bastante interes deja con las ganas de seguir leyendo. Aunque me quedo la duda con el anterior no esta terminado creo
Ufff! Excelente relato! Mejor que el primero incluso... La escena de la cama con el corni acariciandole los huevos al 'bebe' no tiene precio!
todavia nos quedamos con las ganas de que le haga probar a la 'hermanita'...
otro excelente relato y van...
Simplemente fantástico. Siendo el "peque" de la casa, Junior puede hacer todo lo que se le antoje. Es un regalo del cielo que estando tan necesitada a Brenda le toque un hijo que es tan "cariñoso" con ella.
Como siempre Rebelde perfectamente estructurado. Muy buen relato, ya sabes que yo tengo preferencias por las madres que reparten todo su cariño.
CAZADORA 72:
me demoré unos días xq estoy cada vez peor de tiempo. no sé cómo voy a seguir =(
Si te parece que Jimmy es "povechito" no sabés la que le espera, jajaj!
CARLOS NAVAS:
odioso y estúpido lo qu sucede con Franchella en Argentina (para quienes no saben, Franchella hacía hace unos años un sketch en TV donde había una seducción (mutua) con una menor de edad (entre 15 y 17 años). No sucedía nada, todo era muy ambiguo, él jamás se propasaba, incluso se reprimía, xq muchas veces la chica le insinuaba interés (realmente no pasaba nada de nada).
Bien, ahora se acusa al actor, al programa y al canal de apología de la ped0filia ¡un disparate!
Nunca se entiende por qué a esta gente jamás se le ocurre acusar a las películas de terror que dan en la tele de apología de tortura, violencia o mutilación.
En fin, no sé si el relato es tan incorrecto, y no voy a mentir: no busqué que lo sea. es simplemente jugar con las posibilidades para hacer un relato que divierta y erotice un poco
DURO DURO:
obvio, Lisa va correr esa suerte y otras más, jajaj. solo hay que darle tiempo a la saga. Todo va a llegar
TAURO FELIZ:
Brenda es tan estúpida? cuando releas el capítulo uno quizá te quede la duda, jejej. Jimmy, en cambio, sí lo es. al menos por ahora
PUI:
exacto. las dos cosas se irán revelando de a poco (esto completa la respuesta a Tauro Feliz) ;)
SHARAVALLES:
y más perfecto si el que le da a nuestra mujer es un negro con un terrible pedazo de pija, jajaj
CARLOS FIGUEROA:
muchas gracias, carlos!! esperemos seguir con buen material. pronto el 33 de la novela y luego DIA DE ENTRENAMIENTO 2 o LECHE DE ENGORDE 14
MANUGARES:
jajaja gracias, manu! jimmy ya debería prender una lucesita de alerta, verdad?
SOLAPA 27:
la hija va a probar, eso seguro!!! en el capítulo 3 o 4. Además: cuando vayan a la iglesia para consultar qué hacen con el crío... ¡¡El reverendo Cockwell es peor que Junior!! jajaj
LUIZER:
De LECHE DE ENGORDE, el cap 14 ya está escrito. la publicaré quizá después del capítulo 33 de la novela.
De MI NOVIA ES UNA ATORRANTA no tengo nada nuevo (sí tengo algunos episodios escritos hace muchos años, que tendría que re tipearlos. pero son flojos en comparación a lo que escribo hoy día)
CARLOS MAURO SOUZA:
sucede muchas veces que en el primer capítulo hay mucha info para plantear las cosas, las motivaciones de los personajes, etc. acá ya estaba todo presentado =P
VIKINGO MIRÓN:
no me había fijado en que contenía tantos sub-géneros. mejor!! por otro lado, te adelanto que todos tus deseos serán órdenes... es cuestión de ir cocinando este "plato" de a poco, jejeje!!
MIKEL:
a mí también lo que más me gusta es lo del probador. el cornudo haciéndose el galán mientras le exprimen la billetera, y su mujer chupando verga tras las cortinas. ^^
CARLOS CACERES:
y hará muchas más cosas que no hace con jimmy. es que jimmy es el marido, y ciertas cosas no hace una mujer decente, jajaj! ya iremos conociendo más la historia de Brenda, y de lo que hacía cuando era porrista, a la edad de Lisa.
Por otro lado, NO SÉ SI LISA SABE DEL TAMAÑO DEL PADRE. al menos, hasta ahora no parece.
GABRIEL T:
ya se viene la hermanita, jejej... que recordemos tiene novio. es que al pobre Junior se le inflama "ahí" entre cuatro a seis veces por día y alguien tiene que aliviarlo, pobrecito...
ALTAIR:
Si preferís a las madres qu reparten cariño, ésta va a ser a futuro tu serie favorita. no solo va a repartir, ¡¡la de cariño que le va a entrar a brenda!! y por todos los agujeros!!! xD
ANDRES 12345:
MARCOS P:
BASSETERO:
ALEONIDAS:
JOCARUME:
para recibir los relatos por mail sigan las instrucciones qu aparecen en el blog o qu ya les remití por mail con anterioridad.
no se trata de dejar el pedido en el mismo relato, se trata de comentar relatos leídos (tampoco es necesario un gran comentario, puede ser una pavada, un gracias, un saludo, una queja (sin insultos, eh) o cualquier cosa referida a mujeres infieles y cornudos.
Abrazo para todos!!
Es el unico bebe Que le da le da a la mama leche en lügar de tomarla de ella Cazadora072
incrible como siempre rebelde.me encanta esta historia de la rubia tonta.o quizas no tan tonta y el pequeño junior.que seguro que va hacer disfrutar a la señora.
Hombre esta historia comenso de manera fenomenal pero aun asi te superaste, eres un gerio del morbo.
ramirezdiaz1984@gmail.com
M uy bueno.Como siempre cuando a la mujer le falta aparece el más impensado a solucionarle el problema y el cornudo feliz durmiendo.
Hola Rebelde
que decir que no sea repetir otros comentarios?
genial, como siempre,es un comic novelado, me encanta
Otra obra maestra Rebelde, la escena de la cama con el Jimmy dormido y el probador ... geniales.. la hija es la que sigue? poco faltó en esta ocación..muy bien rebelde .
Abrazo!
Aunque no es mi historia favorita sabes como enganchar al lector, Enhorabuena rebelde!!
en.ma01
Muy bueno, tienen ilimitadas posibilidades los personajes, y tu forma de narra es atrapante. Excelente.
Epaviejo
Si sigue la historia sería bueno conocer las andanzas de Brenda con sus compañeros estudiantes negros en el pasado.
Saludos rebeldes.
Muy buen relato, hasta ahora el mejor de esta serie, lastima que aun no hay accion con la hija pero seguro vendra. Creo que te costara algo lograr que junior entre en la "madre" por completo, por como va la historia, pero seguro conseguiras una solucion...
Hielo Negro
Muy bueno, todos los personajes brindan ilimitadas posibilidades, y tu forma de narra es muy buena. Quedó picando la reacción final del padre, creo que va a definir parte del futuro desarrollo. Saludos
Epaviejo
Pues como dicen muchos comentaristas: Estamos esperando a la nenaaaaaaaaaaaa!
PEPE CORNUDO:
no te quepa la menor duda que va a hacer disfrutar a Brenda. en uno o dos episodios más.
MIKE CHINGÓN / EROS:
la hija no creo que zafe del próximo episodio, jaja!! al menos tiene que probar el biberón, no? jajaj
LICURGO ESPARTANO:
calculo que sí, que se va a contar, pero muuucho más adelante. o quizá podría ser como un spin-off, una serie separada a partir de la serie original =D
HIELO NEGRO:
la acción con Lisa ya llega. en cuanto a entrarle a la madre como todos estamos esperando, pues... tenía una idea, pero mientras te estoy escribiendo esto, se me está ocurriendo una idea mejor, porque encima va a ser por culpa de jimmy, jajaj!! yo creo que la solución va a quedar bien.
EPAVIEJO:
el padre es como que de a poco va cediendo cada vez más, casi sin darse cuenta. recordemos que en la primera parte se entera de lo que tuvo que hacer brenda, no estuvo presente. luego está presente pero dormido, y al final, los sorprende en pleno "alivio". de todos modos, jimmy sabe cómo su esposa le baja la inflamación al negro. en el fondo es tan o más tonto e inocente que brenda; y para cuando se dé cuenta de lo puta que es su esposa, ya será tarde ^_^
RAMIREZ DIAS - HARI - EN.MA 01:
gracias, amigos!! en el próximo episodio ya comienza a abrirse un poco la historia =P
Excelente y atrapante relato. estoy ansioso esperando la continuación.
paulacasada como siempre son muy buenso tus relatos y este de brenda me gusta mucho besitos pauli
Ya me estoy preguntando en que desencadenará todo esto! Segui asi muy buenos relatos!
Alec (me olvidé poner jaja
Genial, genial. si puedo sugerir algo es que en el próximo capitulo el esposo le pida a brenda que "calme" al niño y luego lo lleve a dormir con ellos dos. Y ella enojada acomode a Junior en la espalda de su marido para que se calme con el.
gracias
Gracias genial relato
javy,soberbio relato!!
Me gusto mucho, no me había enganchado con el primer capitulo pero con este si!!! y como sigue me parece genial!!!
Bastante bueno el relato, al principio esperaba que pasaran a la accion pero en perspectiva avanzar despacio le da mas sentido, toda esta trama me recuerda a mis padrinos ya que ella es una mujer muy buena y rubia
¿Podrias mandarme el de Dia de Entrenamiento?
Jhon_hatcher: Hola El Relato esta Fabulosos quisiera sabar como sigue necesitaria ver si me podes mandar el relato completo a el_buen_seductor@hotmail.com
Me encanto este relato, eres el mejor. Edgarin
Me encanto este relato, eres el mejor. Edgarin
Acabo de Recibir la continuación de este relato me dejo habla y con ganas de mas muy buena historia la verdad es excelente
Hola Rebelde,
Me gusta mucho la saga de Junior. La idea es buena, pero mucho mejor es como la desarrollás. Estuve mirando el comic y lograste transmitir muy bien el clima del dibujo (como del tipo que MAD solía publicar). Espero que logres introducir a la hija de la señora ...
Abrazo,
Nippur
che rebelde va a haber mas de Junior quiero saber que les espera a Brenda y a Lisa cuando junior las clave
para cuando la tercera parte de esta historia esta muy buena
Gracias por los relatos y también por la respuesta. La cosa va pintando tremenda y todavía falta que entre en acción la hermanita! Espero con ansias la tercera parte y la próxima entrega de Eramos tan pobres, de los mejores relatos de la web.
como se consigue la parte dos completa de tu historia que esta muy buena
está completa en este mismo post
Excelente relato Rebelde. Que el cornudo presencie los abusos del negro sobre su ingenua esposa y lo hagas quedar como algo tan natural a lo largo de la propia lectura me parece magistral. Tienes una mente privilegiada, jejeje.
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