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lunes, 15 de abril de 2013

Ayuda al Camión (Dedo al Camión 3)

Ayuda al Camión (Dedo al Camión 3)
(VERSIÓN 1.2)

Por Rebelde Buey 


Estaba desesperado. Había reunido a mis dos íntimos amigos, a mi primo y a un vecino de confianza para que me ayudaran, para que me dieran ideas, plata, lo que sea con tal de sacar a mi novia del emputecimiento en el que estaba sumergida.
Los miré uno a uno, tragando saliva. Resultaría difícil no quedar como el rey de los cornudos.
—Se trata de Violeta…
Me miraron preocupados.
—¿Le pasó algo?
—No. Bueno, sí. Pero nada grave. O sí, muy grave…
—¿Qué pasa, Henry? ¿Se van a separar?
Estábamos en el living de mi casa, sentados en los sillones.
—Está en problemas. Tiene un especie de… adicción…
—¿Drogas…?
Los miré. No sabía cómo decirles.
—Es adicta… al sexo.
Uno de mis amigos sonrió como si yo estuviera bromeando.
—No es lindo. Ni excitante. No es solo adicta al sexo… —me sentía tan incómodo de revelarme así delante de ellos—. Es adicta al sexo con… camioneros… Está como obsesionada… Es una historia larga, pero… Se la pasa cogiendo con camioneros…
Primero rieron. Luego vieron mi rostro destruido y entendieron que, por extraño que pareciera, era verdad.
Me eché a llorar.
—Henry, disculpá… —me dijo uno de mis amigos—. Pensé que era una joda…
—No lloro por ustedes, pero ella… Tengo que hacer algo… no quiero perderla…
—¿Te va a dejar? —quiso saber mi primo.
—No. Ella me sigue amando. Y yo también. Pero no puede salir de esa puta parrilla…
—¿Qué parrilla?
—Trabaja en una parrilla y el dueño la hace coger con los camioneros por 100 pesos… Y ella se deja…
—No puede ser…
—Hasta yo… Para cogérmela yo también tengo que pagar… Necesito ayuda…—imploré.
Todos conocían a Violeta y, aunque la veían siempre de polleritas y remeras ajustadas, con sus tetas a punto de explotar y la carita de puta alegre, les resultaba imposible de creer.
—¿Querés que le hablemos?
—Es al pedo hablar. No le importa nada. No es que no me quiera, es que no lo puede evitar… Es como una droga, no puede dejar de cogerse camioneros…
Yo estaba con la cabeza gacha, llorisqueando, y no pude ver cómo entre los cuatro se cruzaron miradas.
—¿Cómo es el sistema…? —me preguntó mi primo.
—Los camioneros comen algo, se anotan en una lista y cuando les toca el turno, pagan comida y polvo y se llevan a mi nena a su camión…
—¿Por cuánto tiempo?
—Media hora…
Se volvieron a mirar.
—¿Y hay alguna restricción… o cualquiera puede ir y…?
—Creo que cualquiera. No sé. Mientras se le pague al hijo de puta de Antonio, el parrillero…
En ese momento entró al living Violeta y nos sonrió. Ya se habían saludado antes y ella iba y venía por la casa sin saber lo que hablábamos nosotros. Llevaba puesto un mini short colorinche, enterradísimo entre las nalgas, que la exhibía demasiado. Esa era otra cosa que me molestaba de todo el asunto: el hijo de mil putas de Antonio, además de prostituirla, le había cambiado la forma de vestirse y comportarse. Ya en el barrio se rumoreaba que era una putita.
Mis amigos la siguieron con la mirada, especialmente cuando se agachó a acomodar unas cosas en una mesita. Mi primo, fanático de los culos grandes y redondos, se quedó colgado del mini short de mi novia, que casi le dejaba media cola afuera.
—¿Vieron? —les dije cuando se fue—. ¿Vieron lo cambiada que está?
—Yo no la veo muy cambiada —dijo mi primo—. O por ahí un poquito más delgada, con mucho mejor cola que antes, creo está más buena que nunca…
—¡Cambiada de actitud, boludo!
—Ah, sí, sí —admitió a modo de disculpa.
Los miré a los cuatro, suplicante. Eran mi gente de mayor confianza.
—¿Y? ¿Me van a ayudar o no?
—Por supuesto, Henry. Algo se nos tiene que ocurrir. Pero decime… la parrillita esa… ¿dónde queda…?

Idearon rápidamente un plan. Me pidieron 400 pesos, 100 para cada uno. Irían en la semana a ver cómo era el sistema ese por el que el tal Antonio prostituía a Violeta. Santiago, uno de mis amigos, consiguió un camión. Pagarían, llevarían a mi novia a la cabina y tratarían de convencerla. Por supuesto, ellos no le harían nada. Eso me aliviaba. Si bien me iba a costar 400 pesos, al menos esa noche ella no sería tan usada como de costumbre.
Llegamos a la parrillita y mis amigos y mi primo se anotaron en la lista. Casi se atragantan cuando la vieron llegar de un camión con su uniforme de ese día, una mini falda tableada y cortísima, que le dejaba media cola al aire, y una tanga demasiado metida en la raya. Arriba, un top corto donde las tetotas se peleaban por salir.
—Hola, mi amor —me saludó mi novia—. ¿Trajiste platita para hacerme el amor?
—N-no… —balbucí—. Pero mis amigos… —Ella giró para verlos y les sonrió—. Vienen a hablarte.
—Que se anoten en la listita, mi amor… —dijo con cierta indiferencia.
Media hora después, mi amigo Dani se llevaba a mi gordita hermosa al camión, previo pago de los 100 pesos que yo le había dado. Dani era el más pirata de todos, a excepción quizá de mi primo, por lo que verlos entrar a la cabina me despertó una alarma. ¿Y si se llegaba a propasar con ella?
—Tranquilo —me pidieron los otros tres—. A Dani lo conocés desde la primaria. ¿Cómo te va a hacer una cosa así?
Me calmé. Todo este asunto me estaba poniendo paranoico. Fue una media hora de chicle, que nunca se terminaba. Por un lado mejor, pensé, todo este tiempo estaría tratando de convencerla.
Pero cuando regresaron, también lo hizo la paranoia. Porque conozco a Violeta y en la cara le vi que había cogido. Mi amigo venía feliz y relajado. Algo andaba mal.
—Santiago —anunció Viole con el papelito en la mano, y le sonrió a mi vecino cuando éste se levantó de un salto. Le vi el bulto que le hacía el pantalón y lo noté muy poco concentrado en su misión real.
—¡Ey! —reclamé mientras se alejaba con mi novia de la cintura y le magreaba disimuladamente las nalgas—. Tratá de convencerla, ¿eh?
Los vi entrar al camión y otra vez algo se me atragantó. Giré ansioso hacia Dani, el que recién había estado con Viole.
—¿Y?
—Formidable… —respondió con una sonrisa de satisfacción plena.
—¿Cómo formidable?
—Quiero decir, difícil… Mirá, traté de hablar, pero es imposible, tenías razón…
—¿Y qué hiciste media hora ahí?
No esperé a que me contestara. Fui corriendo como un loco hacia el camión. Llegué agitado y subí al estribo y me asomé por la ventanilla. Santiago estaba con los pantalones por los tobillos bombeando a mi chiquita, que lo atendía con sus piernas abiertas y abrazándolo por la cintura. ¡Se estaba cogiendo a mi novia!
—¡Santiago! —grité indignado.
Pero el hijo de puta se la seguía garchando y masajeándole las tetotas, mientras ella entrecerraba los ojitos.
—¡Santiago, dejá de cogerte a Violeta! —volví a gritar. Se ve que no me escuchaba porque mi amigo seguía dándole maza y penetrándola como una animal. Entonces golpeé el vidrio de la ventanilla—. ¡Hijo de puta, largá a mi novia!
Ahí saltaron del susto. Santiago me miró con culpa pero no se salió de entre las piernas de mi amorcito. Levantó los hombros y puso cara de disculpa.
Y se dio media vuelta y continuó fifándosela.
Golpeé de nuevo, inútilmente. Decidí abrir la puerta del camión. El turro la había trabado. Forcejeé con la manija mientras miraba angustiado cómo mi amigo seguía bombeándola hacia arriba y hacia abajo, entre las piernas de ella. Su culo peludo moviéndose contra mi nenita hermosa y ella con las piernitas arriba, recibiendo verga, asiéndolo de la cintura y trayéndolo hacia sí para que la penetración fuera más profunda. Volví a forcejear.
Permanecí en el estribo del camión la media hora que duró esa cogida, asomándome angustiado por la ventana y tratando de abrir. En ningún momento Santiago dejó de cogérmela y le acabó adentro un par de veces.
Al salir de la cabina me encontró como amansado, resignado, seguramente, y con una erección que no me correspondía. Intentó explicarme algo pero yo me quedé allí, sin reacción, y él y mi novia volvieron hacia la parrillita. Nadie me vio entrar al camión. No me iban a cagar otra vez, mi primo y mi otro amigo me iban a tener adentro para evitar que me la zarpen de nuevo.
Los sorprendí cuando entraron. A Violeta y a mi amigo Juanjo.
—¿Qué hacés acá? —me retó ella—. No me vengas a hacer lio al trabajo.
—Vengo a impedir que estos hijos de puta me sigan cagando.
—¿Pero qué decís? ¡Son tus amigos!
—Sí, Henry, ¿cómo te vamos a cagar? —me dijo Juanjo sorprendido, mientras se abría el cinturón del jean.
—¡Se están cogiendo a mi novia desde que llegaron, hijos de puta! ¡Se suponía que solamente le iban a hablar!
—¿Y qué querés que hagan si ya le pagaron a Antonio, mi amor? —Encima mi novia los defendía.
—¿Quién te entiende, Henry? Estamos tratando de ayudarte —y luego se refirió a Violeta en otro tono: —Girá la colita más para acá, mi amor… así…
—¡Dejá a Violeta en paz! ¡No te la cojas, Juanjo!
—¡No me la voy a coger, boludo! —me quiso tranquilizar mi amigo, pero ya tenía la pija dura en la mano y a mi novia sin el culote puesto. La tomó de la mano y la guió hacia él.
—Henry, dejá de hacer papelones… ¿querés?
—Estoy tratando de ayudarte con Violeta. —Juanjo le hizo pasar la pierna por arriba y la ayudó a mi novia a ponerse por encima de él, de frente, con la conchita deliciosa a punto de clavarse.
—¡Te la vas a coger, hijo de puta! ¡Dejala!
—¡Te digo que no me la voy a coger! —Pero tomó de la cintura a Viole y la acomodó sobre su pija, puerteándola, y le marcó a ella el movimiento hacia abajo. Violeta solo se dejó caer sobre esa pija durísima y el entierre de la verga en esa conchita fue impecable—. Mmm…
—¡Turro de mierda, te estás cogiendo a mi novia!
—No…. No… —jadeaba el hijo de puta mientras hacía subir y bajar a Viole sobre su pija. —No me la estoy… uhhh… cogiendo…
—¡Te la estás cogiendo, hijo de puta, te estoy viendo!
—Te juro que… no me la estoy… uhhh… uhhh… síii… asíii…. —Su verga venosa salía de mi novia y volvía a entrar, y los líquidos de ella le sacaban brillo a la cogida.
—¡Henry, no seas… uhhh… desubicadooo…! —me retó mi novia, que lo cabalgaba como una puta.
—Me dijeron que iban a convencerla de salir de acá —dije a mi amigo con un nudo en la garganta.
—No, Henry... Ahhhh… Te dijimos que… íbamos a ver cómo…ñ uhhhh por Diossss… cómo era todo este sistema… Esto es parte del sistema… —y le gimió bajito a ella: —Qué buena que estás, corazón…
Tuve el impulso de pegarle una trompada, pero el guacho empezó a acelerar sus embestidas y vi claramente cómo su pija horadaba una y otra vez esa conchita que era de mi propiedad. Eso me distrajo y ya no supe qué contestar. Viole fue más práctica.
—Además ya pagó, mi amor... ¿No creés que es justo que me coja un poquito…?
Ahora Viole se daba vuelta y le ofrecía la espalda, siempre sentada sobre su verga. Mi amigo la elevó un instante, con la pija en la mano.
—Correte, Henry —me regañó mientras la agarraba de la cintura a ella para bajarla y clavársela otra vez. —Estás muy cerca y no me dejás mover la pierna para mandársela bien al fondo…
Me corrí.
—Ahhhhhh… —gimió mi novia cuando la pija de Juanjo le entró en esa nueva posición.
—Gracias —mi amigo finalmente empujó a Violeta hacia abajo y se la clavó hasta los huevos.
—Ay… Síii… —gimió ella—. Así, Juanjo…. ¡qué buena pija…!
—¡Viole! ¡Al menos tené la decencia de callarte!
Pero siguió gimiendo como una puta en celo mientras mi amigo se la garchaba sin compasión, disfrutándola con cada embestida, sintiéndola toda para él.
—Henry, sostenémela un poquito de ahí para que no se me vaya para adelante —me pidió.
Lo hice, ¿qué podía hacer? Mi amigo la agarró de las nalgas y con cada penetración le abría la cola para metérsela más adentro. Violeta gozaba de verdad, aunque también podía ser la actuación aprendida en este trabajo.
Lo que no era actuación, estoy seguro, fue cuando media hora después se la cogió el último de los cuatro a los que yo les estaba pagando: mi primo. Es que a ese hijo de puta, mi novia siempre le había tenido ganas. Y eso lo sabía yo de una charla tonta que había tenido una vez con Violeta. Ya dentro del camión, mi primo se impuso ante mi primera queja y no me dejó margen de negociación:
—Cuerno, no me rompas las pelotas porque a tu novia le tengo ganas desde hace años y pienso darle sin asco —Me quedé helado—. Así que cerrá la jeta y portate bien.
No me sentí tan humillado como debiera. Quizá porque ya él era el cuarto que se la iría a coger y estaba claro para todos que yo era un flor de cornudo.
Mi primo puso a Violeta en cuatro patas a lo largo del asiento, con el culazo hermoso y redondo a su total merced. Le subió la poco decente minifalda y apoyó el sobrecito del preservativo sobre su cintura, ahí donde muere la espalda. “Menos mal”, pensé. “Por lo menos éste me la va a coger con forro”.
Pero lo que hizo en realidad mi primo fue quedar con sus dos manos libres, y entonces le abrió con hambre las nalgas a mi novia.
—¡Qué pedazo de culo que tenés, Violeta! No sabés cuánto hace que le quiero entrar. —Mi novia echó una risita halagada y paró más la cola. Mi primo la manoseó lujuriosamente, gozando cada centímetro de carne, y cada segundo que la tenía para sí. Agarró su pija enorme y durísima y se la fue acercando despacio hasta que comenzó a penetrarla.
Con el movimiento de pelvis que hizo mi chiquita para que la penetración fuera más adentro reparé en que el sobrecito del preservativo seguía sin abrir en su cintura.
—Uhhh… —gemía él. —Qué rica estás… Estás tan buena como siempre te imaginé…
—Primo, te la estás cogiendo sin forro... —le reclamé más resignado que firme, patético—. Ponete el forro, por favor…
—Uff, no seas escandaloso —minimizaba, y seguía meciéndose hacia ella una y otra vez, despacio, pero penetrándola cada vez más profundo—. Ahhh… Qué buena que está tu novia, cuerno…
—No seas hijo de puta, ponete el forro, aunque sea…
—Ay, mi amor —terció Violeta—. No seas tan pesado, al fin de cuentas es de la familia.
Mi primo no dejaba de enterrarle la pija hasta los huevos ni por un segundo. La sacaba casi íntegra y la volvía a meter despacio pero sin detenerse jamás. Y el hijo de puta disfrutaba ese roce húmedo y me lo demostraba con cada jadeo.
—Te voy a acabar adentro, Viole… No sabes las veces que soñé con hacerte eso…
—Ay, sí, llename de leche…
—¡Pero ustedes están locos! ¡Viole, te puede dejar embarazada!
—No estoy ovulando, mi amor… Y ya te dije que no me molestes cuando trabajo para Antonio…
—Primo, no me podés hacer esto… —le supliqué.
—No quiero, cuerno… —le abría las nalgas y miraba lascivo la penetración que él mismo le propinaba a mi novia. Y gozaba—. Pero no sé si voy a resistir la tentación… —Con cada pijazo que le clavaba jadeaba más y más—. No sabés… Ahhh… lo que es… Uhhh… esto… mmm… Es el mejor polvo que me eché en mi vida…
—¡Dejate de joder, mirá si la embarazás!
—Te la lleno, cuerno, te la lleno… —anunció y comenzó a acelerar las embestidas. Mi novia jadeaba al ritmo de mi primo.
—¡No seas hijo de puta…!
—Te la lleno… Disculpame, primo, pero te la lleno de leche…
Y aceleró más y empezó a bufar sonoramente, y de pronto el recontra hijo de mil putas de mi primo empezó a deslecharse adentro de mi novia.
—Síiii… —se emocionó Violeta—. Llename… ¡Llename de leche, primito!
—¡Sos un hijo de puta! —le grité al borde de las lágrimas.
—¡Te la estoy llenando, cuerno! ¡Te la estoy llenando! —se entusiasmó él mientras la seguía bombeando—. ¡Mirá! ¡Mirá cómo te la lleno!
Y yo miraba. ¿Cómo no iba a mirar? Me sentía furioso, indignado, contenido de violencia y a punto de explotar en un llanto, pero hipnotizado por esa imagen surrealista de la verga de mi primo latiendo dentro de la delicada conchita de mi novia. Y sabia que cada latido era un chorro de semen directo al útero, y cada quejido de ella no era otra cosa que una súplica de placer, porque también sabía que le excitaba sentir adentro la leche tibia de sus machos.
Me fui en seco sin poder evitarlo y un lamparón de humedad afloró en mi pantalón, avergonzándome. En cambio, el hijo de puta de mi primo seguía bombeando a mi chiquita mientras la asía de las nalgas con sus garras y la surtía sin compasión.
Pensé que todo iba a terminar ahí. Mi vejación no podía ser peor.
¡Qué equivocado estaba! Mi primo sacó el buen pedazo de verga del que dispone y lo apoyó sobre las nalgas de ella. Estaba brilloso de fluidos y todavía duro. El peso de esa pija sobre la cola, y el chasquido que el semen viscoso hizo contra esa piel fueron premonitorios.
—Uuuy… —dijo mi novia, mimosa.
—Te voy a romper el culo, muñequita. Siempre quise hacerte esa colita hermosa que tenés.
“Já”, me ufané en mis pensamientos. “Si le quiere hacer el culo está jodido, solo le pagó 100 pesos a Antonio, y para hacerle también la cola debería haber pagado 150”
—Mmm… me encantaría, primito… —respondió mi novia.
La respuesta de Violeta no me gustó ni medio.
—Mi amor, no te puede hacer la cola —le recordé—. Él te pagó nada más que 100 pesos.
Mi primo se enojó.
—Callate, cornudo, no seas botón.
—Es que es una pija tan rica…
—¡Viole, sos una hija de puta, a mí no me dejaste!
—¡Callate te dije, cuerno!
—Si te dejás hacer la cola por cien pesos le cuento a Antonio.
Me sentí tan extraño declamando semejante cosa. Pero ya todo estaba muy fuera de lugar. Mi primo me miró con odio. Quizá si no estuviera recomenzando la cogida a mi novia, otra vez, me habría pegado. Viole gimió al recibir esa pija, pero me sonrió y me tranquilizó:
—Nunca le fallaría a Antonio, amor… Nadie puede hacerme la cola si no paga 150.
Sonreí triunfal. Sí, le sonreí triunfal a mi primo, que estaba de rodillas detrás de mi novia, penetrándola otra vez, haciéndola gemir y pedir más pija. Sí, triunfal, aunque no sé por qué.
—¡Qué pedazo de cornudo…! —sentenció mi primo. Y mi triunfalismo flaqueó. Comenzó a ensalivar el ano de mi novia, masajeándolo, de paso, pero solo para ensalivarlo de nuevo una y otra vez.
—¿Qué hacés?
—Voy a romperle el culito a la puta hermosa de tu novia…
—No podés… Ya escuchaste a Viole, tenés que pagar 150.
—Vengo acumulando ganas desde hace tres años, primo...
Me miraba y seguía dilatando el agujero de Violeta. El turro le apoyó la punta de la verga en la entrada del ano. Solo lo apoyó, y empujó casi nada, como para marcar presencia.
—Tenés que darme antes los 50 pesos que faltan, corazón —anunció mi novia, rindiendo obediencia a su proxeneta parrillero.
—Ya lo sé. —Le apoyó más fuerte la cabeza de la pija y le metió unos dedos en la conchita.
—¡No lo hagas, hijo de puta! Viole, no lo dejes, o le aviso a Antonio.
—No va a hacer falta, alcahuete… —se quejó mi primo. Le metió media cabeza de pija en el ano ya bastante dilatado de mi novia y me dijo lo más campante:— Prestame 50 pesos.
La turrísima puta se desinfló con una sonrisa de satisfacción total.
—Sos un hijo de puta… —le festejó. Yo no quería entender.
—¿Qué? ¿Cómo?
—¡Que me preses 50 pesos, cuerno! —me ordenó muy firme, casi con violencia—. Dame la guita que le quiero romper el culo a tu novia.
—¡No me digas cuerno! —fue mi reacción desesperada, confundida.
—¡Dame los 50 mangos, la re puta que te parió!
—¡Viole, decile algo!
—Ay, Henry, dejá de portarte como un chiquilín. Después te los devuelve.
No me los iba a devolver nunca, lo sabía.
—Dale, cuerno, que tengo la verga dura y el culo de tu novia a punto de caramelo… Te prometo que no le va a doler….
Violeta se rió.
Y yo me vi como un autómata sacando mi billetera despacio, incrédulo, viendo cómo mi gordita putona, culo para arriba, me miraba a los ojos y me tiraba un besito silencioso.
—Tengo un solo billete y es de cien.
—Mejor —dijo mi primo—. Así le queda de propina. No quiero que tu novia piense que soy un miserable.
Le di los 100 pesos.
—Así me gusta, cuerno.
Mi primo agarró los 100 pesos y sacó su propia billetera. Sacó de allí un billete de 50 y se guardó el de cien. Vi que tenía al menos 200 pesos más.
Vencido, vi como mi primo tomó el billete de 50 y lo enganchó en el elástico de la bombacha de mi novia, en la cintura, donde termina la espalda. El elástico hizo un chasquido y mi novia se contorsionó de placer.
—Putita… —le dedicó mi primo—. Ahora sí…
Volvió a ensalivarse la pija y el ano de ella. Lo masajeó un ratito y le fue enterrando la cabecita de a poco pero firmemente.
La buena de mi novia bufó callada y se esforzó por dilatarse. No le costó mucho. Aunque esa noche no le habían hecho la cola todavía, no le faltaba práctica. La cabeza de la pija de mi primo entró íntegra y allí descansó unos segundos. Y luego siguió perforando.
—Vení, cuerno, mirá —me invitó orgulloso.
Aunque lo odiaba, fui.
—¿Ves? —me preguntaba mientras le iba enterrando muy muy despacio la pija por el culo. Yo no daba crédito a mis ojos. Jamás había visto a mi novia penetrada desde una distancia tan corta. Y fue más corta aun:— Acercate, primo. Mirá bien de cerca cómo le lleno el culo de verga.
Le hice caso y puse mi rostro pegado a las nalgas de mi Viole, mientras la pija de mi primo seguía taladrándola a cuatro centímetros de mis narices.
—Escupile —me ordenó de pronto mi primo. Y me señaló el ano de Viole, que estaba tapado por el grosor de su miembro, metido bien adentro de ella. Yo escupí ahí donde él me dijo, y entonces él retiró la pija unos centímetros—. Escupí de nuevo, dale.
Y se la empezó a enterrar otra vez. Repetimos la acción un par de veces, yo escupiendo sobre su pija, y él sacándola y metiéndola.
—Ahora ayudame, cuerno, mantené la bombacha de tu novia al costado, que no me moleste.
Tuve que rozar la mano de él, que estaba agarrando las nalgas de mi novia como si fueran una masa, abriéndole lo más posible sus gajos para comenzar a penetrarla más seguido. Y yo le sostuve la tanguita en el costado, para que él la sodomizara más cómodo.
—Uhhh —gimió ella.
Mi primo retiró un poco la pija.
—Escupile de nuevo, cuerno.
Escupí. Y mi primo arremetió otra vez perforando el ano de mi Viole.
—Ahhhh…. Siiiii…
—Qué buen orto que tiene tu mujer… —bufó él—. ¡Escupí, cornudo! Ayudá a tu novia.
Me tuvo así, lubricando su propia cogida unas cuatro o cinco veces más. Para escupir tenía que acercar mucho mi rostro, y como él nunca terminaba de sacar su pija, todo me quedaba muy cerca. Tenía un plano tan detallado de la penetración que me fue inevitable despedir otro chorrito de semen dentro de mi pantalón.
Mi primo comenzó a bombearla más y más rápidamente. Yo seguía sosteniendo con una mano la bombachita para que él no estuviera incómodo mientras se la cogía. Con el correr de las estocadas, la pija de mi primo se fue tornando más y más audaz, e iba cada vez más rápido y más profundo.
Violeta jadeaba y gritaba como una puta. Bueno, lo era. Pero gozaba de verdad. La pija de mi primo la taladraba ya con violencia y le entraba y salía completa y sin delicadeza, y cada envión del hijo de remil putas le enterraba la pija hasta la garganta, y la hacía gemir. La estuvo sodomizando durante diez minutos, quizá menos, en los que mi primo se solazaba con la cola de mi novia “te estoy haciendo el culo, Viole. Por fin te lo estoy haciendo…” y mi novia, bien puta: “sí, primito, sí… siempre quise saber cómo se sentiría tu pija adentro mío…”
Hasta que él anunció que se venía.
—Me voy, mi amor… Te lleno el culo de leche…
—Sí, papito, sí —suplicaba Violeta.
Mi primo cambió apenitas su posición, elevándose para lograr una penetración más profunda todavía. Y comenzó a redoblar velocidad. Ya a esa altura bufaba como una locomotora y con cada embestida que propinaba a mi novia, en el mismo movimiento le separaba las nalgas, logrando llegarle literalmente hasta los huevos.
—Te lleno el culo, Viole, te lo lleno…
—Sí, sí, sí, sí… ¡Llenámeló!
—Cuerno, soltá la bombacha y agárrame la pija que le acabo a tu mujer…
Quise poner una cara de ofendido pero no me salió.
—Dale, boludo, que nunca vas a tener otra chance como ésta.
Solté la tanguita y con dos dedos hice un círculo sobre la pija de mi primo, ahí donde nace, que era el único lugar que no penetraba la cola de mi novia. Mis dedos quedaron como un anillo en la base de su pija, chocando constantemente contra la cola de mi amada con cada embestida con que la sodomizaba.
—Apretá, cuerno. Quiero que sientas venir la leche. —Le hice caso y apreté—. Así, así, cuerno, muy bien… Uhhh… —Era puro morbo toda la situación. Yo agarraba la base de la pija de mi primo y la piel que tocaba no se movía, pero sentía cómo la carne de la pija, la que estaba dentro de esa piel, corría hacia adelante y atrás como un pistón, clavándose a mi novia—. Muy bien, Henry… sentí cómo te la cojo… —Seguía columpiándose dentro del culo de mi Violeta con violencia—. Qué buen cornudo resultaste, yo sabía… sentime, primo, sentime…  —Y vaya que lo sentía. Era una barra de pija que le incrustaba a mi novia en el culo y mis dedos eran escribanos que certificaban fehacientemente la superioridad de él como macho por sobre mi patética inferioridad de cornudo.
Entonces mi primo le mostró a Violeta:
—Mirá lo que hace tu novio, preciosa.
Violeta giró y el morbo de verme anillando la pija que la estaba taladrando fue demasiado.
—Mi amor… —musitó. Y comenzó a acabar como una yegua, y eso le disparó lo propio al turro de mi primo.
—¡Te la lleno, cuerno! —me dijo con sonrisa sádica—. Apretá más fuerte que te la lleno de leche.
Obedecí y le apreté más la pija, ya con tres dedos. De pronto la sentí latir con una fuerza increíble. Estaba a punto de venirse.
—Me viene la leche, primito… —al borde de acabar, trataba de erguirse un poco para penetrar a mi novia más de arriba y seguir clavándosela más profundo, si es que eso era posible. La redondez gordita de la cola de mi chiquita era de una perfección que me enloquecía. Y era mi perfección. Ver esa cosita inmaculada perforada por el pistón de mi primo me humillaba pero me excitaba como nada—. Me viene la leche, pedazo de cornudo…
Aferrado a las nalgas ya rojas de mi novia, mi primo comenzó —por fin— a llenarla literalmente de leche y yo pude ver cómo la pija se le dilataba y contraía, y sentí fluir los chorros entre mis dedos como si se tratara de un saché de mayonesa.
—Te estoy llenando de leche, mi amor… —decía mi primo.
Violeta ya estaba acabando morbosamente mientras no dejaba de mirarme anillando a su macho.
—Te la lleno de leche, cuerno, te la lleno… —me repetía mi primo mientras se la seguía bombeando y la inundaba con los últimos chorros—. Te la lleno de leche…
Se derrumbó sobre ella, empapado de sudor y exhausto. Yo quedé medio descolocado, pero con mis pantalones totalmente mojados en mi propio semen.
Un minuto después él se irguió y antes de sacarla dijo:
—¿Querés hacerla acabar vos, ahora?
Semejante compensación no me la esperaba, y asentí agradecido. Aunque no sabía si se me iba a parar, ya que recién había acabado sin tocarme. Me desabroché el pantalón.
—No, cuerno, no seas iluso… —sacó su pija del ano de mi novia, la pobre estaba totalmente dilatada, como yo nunca había visto, y embadurnada de semen, por dentro y por fuera—. Dale —me invitó. No le entendía—. Dale —insistió.
Me tomó desde arriba de la cabeza y me empujó hacia la cola de mi novia, a ese ano explorado y explotado, cubierto de él. La chupé, la comí, la limpié. Y se me embadurnó la cara del semen de mi primo y los jugos de mi novia.
—¿No querías darle placer a ella? Vas a ver que le va a encantar.
Y por primera vez en mi vida la hice acabar con solo tocarla.

Al regreso volvíamos los seis en el camión: Violeta, mi primo al medio y yo, manejando. El resto, atrás. Nadie hablaba.
Justo antes de entrar al pueblo mi novia se recostó en el asiento, apoyando su cabeza entre las piernas de mi primo, que viajaba a mi lado, y comenzó a chuparle la pija con total naturalidad, como si nada. Miré la escena de reojo. Supuestamente no debía… Antonio no la dejaba… No debía estar haciendo eso…
Pero mi primo me hizo notar un detalle, que me llenó de esperanza.
—¿Ves? —me dijo al oído—. Ya no obedece tan ciegamente a ese Antonio… Con dos o tres sesiones como la de hoy, yo creo que te la sacamos de la parrilla sin ningún problema…
—¿Qué? Pero… ¿Se la quieren seguir garchando, hijos de puta…? —le hablaba en un murmullo, mientras mi chiquita tragaba carne ahí abajo. Mi indignación era total—. ¿Y encima quieren que yo lo pague?
Al otro día les di a mis amigos 400 pesos para que vayan a la parrillita a seguir convenciendo a mi novia de que abandone esa vida perdida. Y el fin de semana, otros 400. Me la cogieron dos o tres veces por semana durante un mes y medio, siempre a costas mías, que tuve que empezar a trabajar horas extras para juntar el dinero para que me la sigan cogiendo.
Pero mi primo tuvo razón porque los resultados llegaron. Un buen día él mismo me planteó una solución, algo que a mí jamás se me hubiese ocurrido y que, les debo ser franco, me daba un poco de miedo. Aunque eso, amigos, ya será historia del próximo capítulo.

   Fin.

65 COMENTAR ACÁ:

Anónimo dijo...

No... de mujeres que se portan bien ya tenemos mucho con las propias jajaja. Queremos mujeres que se portan mal, como las de tus morbosísimos relatos. Si es preciso enviar mil comentarios, diez mil... un millón... para seguir leyendo acerca Violetas, Tiffanys y Ninas, lo haría ;)

Sobra decir que este episodio me vino excelente para el finde. Le daré a leer a mi esposa tu blog para que aprenda un poco del erotismo de las heroínas de tus relatos :D.

Por cierto, lindo el nuevo look del blog.

Slemx.

Anónimo dijo...

me encanto, again
ana

Anónimo dijo...

Imponente, como siempre.
Morboso, excitante, chispeante...
Hacer que el cornudo pague a los clientes el servicio de puta de su mujer fué una idea genial.
Que pena no poder escribir como tu.
Un millón de gracias!

Pablo

midnightwalker dijo...

jejeje,por un momento pense que me habia equivocado de blog !! pero no,solo es ke nos hiciste un cielo para los cornudos con nubecitas y todo,sos un grosso!! te felicito por la nueva apariencia!
Y sobre el relato,ufff,que deliciosa continuacion...habia estado pensando como seria,pero como siempre,superaste mis mas altas expectativas!!GRACIAS!!y a proposito de expectativas,me pasa seguido que con solo leer el titulo tentativo de tus relatos en preparacion y ya se me hace agua la boca!Por ejemplo,el de La Flaca me esta poniendo a calentar motores desde que lo vi,y habia otro que habias puesto en preparacion y luego ya no lo vi,se llamaba:La Petera del Barrio,ojala lo retomes y publiques al rato que puedas.
De nuevo,felicidades por la nueva apariencia del blog y por el nuevo relato que estuvo bien morboso,ojala sigan asi ,jejeje... SALUDOS!! = )

Anónimo dijo...

excelente relato, esperamos la prox parte

Anónimo dijo...

Comento antes de leer solo para decir: Que bueno!! No sabés cuánto había esperado la continuación de este relato

Rebelde Buey (deslogueado) dijo...

Ah, pero ahora comentá DESPUÉS de leer, así me entero qué te pareció!
=D

Rebelde Buey

Altair dijo...

Tremendo y morboso relato. Tienes talento para recrear las situaciones de extrema sumisión sentimental.

Todos tus relatos, en más o menos grados, continen ese aliciente de ver a dónde son capaces de llegar las mujeres de los protagonistas para darse placer y humillar a sus esposos.

Mucho ánimo para seguir con la tarea de escribir, que no es nada fácil, y tú la desarrollas bastante bien.

Rebelde Buey (deslogueado) dijo...

Es que en realidad, si se lo mira más allá de lo morboso, casi todos mis cuentos son románticos.
Yo creo que este juego de los cuernos es muy romántico entre la mujer y su cornudo. :D

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, es muy romántico.
Siempre dije que los cornudos son hombres que aman a sus esposas por encima de todo, y ellas cada día se hacen más putas por amor.
Siempre que me cojo a una de vuestras mujeres noto ese romanticismo que existe entre la PUTA y el MANSO, que sin lugar a dudas es lo que aún me da más morbo, saber que estás ultrajando los sentimientos de un CORNUDO.
Tus relatos son fantásticos y muy realistas.

Jose dijo...

Excelente... super caliente y el papel de cornudo sumizo PERFECT

Anónimo dijo...

hola rebeldebuey, soy elojomoro y queria saber si me podias mandar la 4a parte de Dedo al camion a mi mail elojomoro@montevideo.com.uy
No se si son los giros idiomaticos comunes entre uruguayos y argentinos
No se si es que esa pechocha medio inocente medio putona de Violeta es capaz de excitar a cualquiera...
No se si es tu calidad para escribir (te he comentado en algun otro de tus relatos admirando tu morbo y capacidad literaria para plasmarlo)
Seguramente sea una mezcla de todo eso, la razon para que tus relatos, pero en particular la serie "Dedo al camión" sea la MEJOR HISTORIA EROTICA que haya leído en la web.

Te pido la cuarta parte basado en el sistema q propusiste hace ya un tiempo, si no está disponible o lo que sea, no problem, me alegra de todos modos haber podido escribirte para hacerte saber lo buenos que me parecen tus relatos

Anónimo dijo...

Tengo curiosidad por saber como acaba el relato, me gustaria que lo compartieras conmigo aprecio mucho tu trabajo y la creatividad que le imprimes a estos relatos. Mi correo es paisa4_89@hotmail.com

Anónimo dijo...

biene muy bueno!,
jaja la putita de los camioneros. No se destacan por ser muy cariñosos esos tipos con las putitas del camino que se cojen no?

duroduro

Anónimo dijo...

luizer: fa... rebelde este relato es muy morbozo a lo bestia y el cornudo un pinche crabon idiota je je je che.. ya me estabas preocupando.. como no posteabas mas yo pensaba que ya lo habias dejado... je je je bueno igual esperto los capitulos de leche de engorde que faltan.. mwe gustaria leerlos..

Hari dijo...

hola rebelde:
muy bueno como siempre, solo una pregunta, ente relato, no lo colgaste ya? tus relatos siempre me suenan nuevos, pero este no, seran cosas mias.

Slemx dijo...

"Dedo al camión" fue el primer relato tuyo que leí, en la página de Marqueze. Una chulada de historia que me trajo a conocer este blog y a la mar de morbo que es.

Al principio tuve la misma sensación que Hari, una especie de "Deja vu" literario jajaja. Pero ya me queda claro que ha sido una actualización del episodio 3.

"Apretá, cuerno. Quiero que sientas venir la leche"... wow, efectivamente, morbo al 100%. Magnífico relato.

Estuve unas semanas ausente por fuertes broncas personales, te agradezco me hayas tomado en cuenta para el envío del relato. Un abrazo.

Mikel dijo...

Hola Rebelde,
Ya habia leido tu relato la primera vez y ya te habia comentado que creo que es uno de mis favoritos.

El momento del primo, y como le humilla me parece sublime. Que se deje usar el culo delante del novio..uff

LA humillacion del dinero es tambien genial, frases como sonrei triunfante mientras mi primo se la estaba penetrando por detras....increible

Lo dicho...uno de mis favoritos...

laura cd dijo...

MARAVILLOSO.
Cada vez te ponès màs humillante jajajaja, me fascina eso, gracias!!
BESOS

Lau

Anónimo dijo...

Siempre es un gran relato, grande rebelde y esperemos el siguiente relato. Suerte
Manugares

tauro_feliz dijo...

Muy bueno el relato, confiarle a los amigos el problema para que te ayuden y terminen siendo parte del problema, y además pagarles, excelente... espero con ansias la conclusión, será que se la quitan a Antonio y el primo sea el que la aproveche...

Cuerno Beta dijo...

Rebelde,

Se me pasó la oportinudad de leer el relato completo. Te voy a agradecer mucho si me lo puedes enviar y prometo volver a comentar para estar en la lista blanca..

Saludos

PUI dijo...

Hola Rebelde,

Que buena vuelta de tuerca! Ahora no solo se la garchan los desconocidos, sino que se la garchan sus amigos, vecinos y parientes!!! Espectacular!!! Quero ver el relato completo YA!!!!!

GabrielT dijo...

Excelente inicio! Me imagino un final muuuy morboso! Con el 'querido' primo empalandose a la minita y el cornicheli ayudandolo y todo! Quiero leerlo todo ahora!!!

toroman dijo...

Continuacion de un gran relato, ya echaba de menos la continuacion.

Anónimo dijo...

Felicidades por el relato y la pagina!!

en.ma01

Edgarin dijo...

Aunque ya lo lei antes varias veces. Tus relatos son excelentes y la verdad si me quede con muchas ganas de leer junior y brenda.

Anónimo dijo...

Te felicito, es un exelente relato. los detalles son fabulosos.
Gracias por compartirlo.
Felicitaciones

Epaviejo

Anónimo dijo...

solapa 27:
buena rebelde, he vuelto a leer desde el principio para seguir la historia y siempre espero con ansias la continuacion......

Anónimo dijo...

Formidable relato maestro de esta gran saga, hay partes que son memorables como cuando el cornudo no puede abrir la puerta por que se la trancaron, vaya morbo que situacion fantastica para vivirla.
Es muy comico lo humillado del cornudo, primero todo lo que rompe las pelotas con sus cuernos pidiendo por favor que no le cojan la novia y para terminar les termina pagando a todos jeje formidable, para terminar como postre me gusto lo de la cara llena de semen y jugos avanzando el cornudo en el tema cuckold.
Como siempre queremos mas rebelde!!"

VM

Eros dijo...

Excelente el relato, sobre todo la forma en que construyes al personaje del marido. En cierto momento el personaje llega a ser tan molesto que dan ganas de que lo aten y vea como todos los amigos le enfiestan la esposa. Creo que se va perfilando el rol de cornudo masoca.

sheridan1000 dijo...

gracias desde galicia

pepecornudo dijo...

impresionante,los que siguen nuestro blog saben que uno de mis primeros corneadores fue mi primo,y aun que yo nunca tube el placer de verlos mi esposa me contaba cada noche como la habia follado mi primo.
tu relato me a hecho retroceder 20 años y lo hemos disfrutado muchisimo.
gracias

Dark_Room dijo...

Sí, estoy de acuerdo con algunos comentarios, un reato romàntico pero nunca romanticón. !!!

vero dijo...

que bueno que siga esta gran serie, como ya te comentaron yo tambien el primer relato tuyo que lei fue dedo al camion en relatos marqueze y llegue hasta aca, mandame el relato a veronikakelland@hotmail.com

Mike Chin-Gon dijo...

que gran episodio Rebelde, ahora tiene que trabajar mas para poder pagar la ayudita de sus amigos... bravo.. me pongo de pie. Muy bueno.
Saludos
mchingon@gmail.com

Anónimo dijo...

Que decir, esa cabecita tuya es un mar de morbosidad corneril!!!
espero recibir la continuacion, no he tenido .la suerte con los relatos anteriores.Un abrazo.
sabrinadea2@gmail.com

Anónimo dijo...

Me gusto mucho el relato pero mi comentario es para rogarte por la continuacon de Bombeando y La Profecia que fueron muy buenos relatosy gracias por tus relatos.
ramirezdiaz1984@gmail.com

Anónimo dijo...

Increíble relato, me encanto como siempre. Con este capítulo podes llevar la historia a cualquier lado!

Realmente te pasas en creatividad.

Te felicito!
--juancho

jocarume dijo...

Comentario de Paternidad Asimetrica, no tuve tiempo de comentar este relato por problemas de trabajo, pero mas vale tarde de que nunca:
Eso de que el cornudo se vuelva un corneador temporal solo para poder preñar a la hembra, rompio esquemas, gran exito, seria bueo en nuevos relatos intercambir roles de este tipo. Estuvo chevere tu relato.

el viajante eterno dijo...

Excelente relato. Espero por la segunda parte de Junior.

Anónimo dijo...

como recibo la confirmacion para el relato?

Anónimo dijo...

Qué morbazo, Rebelde. El cornudo absoluto...jeje.

Buenísimo!



Julio

david tatuado dijo...

Me encanto como dejas abierto el final de este capitulo para seguir!!
Sigue con ella puta particular de su primo y amigos?
una sugerencia nomas.
muy bueno
david tatuado

Anónimo dijo...

muy lindo como es ese cornudo y muy tierno dan ganas de mas cuernos por el jejejej sharavalles@hotmail.com

ALEONIDAS dijo...

Cuanto morbo rebelde sigue asi eres de lo mejor

Unknown dijo...

simplemente genial la manera de escrebir que tenes, he disfrutado mucho tu relato.
Te felicito

GabrielT dijo...

Genial el relato.... Muchisimo mejor de lo que me esperaba!!! Todavia tengo en la cabeza la imagen del final 'los cuatro volviendo en el camio y la novia haciendole un pete al primo' excelente!!!

Anónimo dijo...

encima tiene que pagar para que lo corneen. muy bueno el relato
daaybar@yahoo.com.ar

Carlos Figueroa (vía mail) dijo...

Hola Rebelde:
Tarde un poco en leerlo por falta de tiempo, pero la espera valió la pena, siempre en tu linea de calidad excelente relato, una de estas características es la capacidad de sacar de una situación lúdica toda una historia buena, una montada de cuernos, como siempre en tu línea de gran claridad
Atentamente, Carlos A Figueroa

Jhon Hatcher dijo...

muy bueno seguí que quiero saber como sigue la historia

Jhon Hatcher dijo...

estaria bueno tambien saber que paso con junior si va haber una tercera parte

Anónimo dijo...

Me encantoo aunque no me gusta que los dejes amedias :S
mandame como continua cie
acsagerrer93@hotmail.com :)

Anónimo dijo...

Ayyy mandameloo
Acsagerrer93@hotmail.com
y algun macho de aqui le apetece llenarme la concha y cola? Soy de argentina ^^ rubia ojos azules 90-60-95
20 anitos

Unknown dijo...

Sos grande! Excelente como siempre :)

Anónimo dijo...

esya buenísimo el relato como termina melo invias también un relato kinder garden. CarlosLópezPatelin@gmail.com

roviki dijo...

EXTRAORDINARIO, MANDAMELO CUANTO ANTES

J. Kasado (vía mail) dijo...

Hola,

Gracias por enviarme el relato, comentarte que me ha parecido magnifico y me ha encantado como el cornudo a pesar de sus quejas , gritos .... asume su condicion porque es lo que desea.

Que sus amigos , vecinos , familiares se follen a su novia en su cara de cornudo y con su dineros es de una humillacion total.

Gracias

Anónimo dijo...

Rebelde
Algun dia tenes que escribir el ultimo capitulo contando aual fue la solucion para sacarse de encima a Antonio y que el cornudo siga siendo mass cornudo
abrazo

trabajabdofederico dijo...

PRIMERO.-
1.- Como no había relato nuevo de Rebelde, andaba triste y melancólico, y en eso mi esposa que es la parte inteligente, me dijo:
En lugar de estarte quejando “Lava la ropa”
Dijo perdón…?
Dijo; En lugar de estarte quejando “Lee una de las muchas series, que NO conoces de Rebelde” y creo que tiene razón, así lo hice, y que grata sorpresa por que no lo habíamos hecho antes.
Descubro lo valioso que es esto de la escritura, aunque de momento Rebelde, está ocupado resolviendo problemas de su vida, ¡Su Obra! Permanece.
Si yo tuviera talento también escribiría para que así, mi presencia permaneciera.

Como siempre he dicho; ¡Rebelde Buey es Cultura!
¡VIVA SU OBRA!

trabajabdofederico dijo...

SEGUNDO.-
Bueno en cuanto a la serie, diremos que tiene:
Intriga, DRAMA, desesperanza, angustia, enredos amorosos, laborales, FAMILIARES, etc…
Es todo ¡Un CULEBRÓN!”
Así se les dice a las novelas que salen por la televisión, acá.
Donde en cada capítulo, se les da un giro INESPERADO a la historia, para hacer sufrir más a la protagonista.
Y al igual que las series de t.v. No las puedes dejar de ver, pues atrapan tu estado emocional y te angustias por saber cómo sigue la historia de los protagonistas.

Ha esta conclusión llegamos mi esposa y yo, porque es la única serie, que NO pudimos dejar de leer hasta el final, (Noche en vela) pero feliz.

Nuestro respeto y agradecimiento.
Por esta obra de arte de:
“!DRAMA!”

trabajabdofederico dijo...

TERCERO.-
Claro que también ahí sexo, así debe de ser.
Y por montones (también cumple con eso)
Pero…?
En este caso creímos necesario, resaltar EL PROGRESIVO sentimiento de drama y angustia.
Y los ENREDOS que vive la pareja.

trabajabdofederico dijo...

CUARTO.-
Los machos diremos “Antagónicos” de todos los capítulos.
Son todos diferentes.
En el PRIMER capítulo el chofer Renzo, es todo un seductor paciente y discreto.
Lo que más nos deleitó.-
A).- Que nos enterremos que el perdona sus anteriores infidelidades.
B).- Y que este año se a portado bien y NO lo ha engañado con nadie (Pero solo es enero) ese detalle fue genial, nos reímos por horas.
C).- Cuando lo mandan a dormir al camión.
B).- Y cuando al final se besan el matrimonio.

En el SEGUNDO capítulo Antonio, es brutal y sin sentimientos ni decencia.
Lo que más nos deleitó.-
A).- Las declaraciones de Violeta –“Pero soy su hembra El es mi hombre ahora”
B).- Y que tenga que formarse –“Vi que era el quinto Todos estarían antes que yo” ese detalle fue genial.
C).- La situación –“Estaba pagándole para cogerme a mi propia mujer” eso es Humillante.
B).- Y como disfrutamos cuando Violetita le habla como a un cliente: - “¿Me sentís? -Sí papito la tenés enorme”

En el TERCER capítulo los llamaremos “La comunidad de apoyo” son todos unos oportunistas, Ahora ya NO es un cornudo anónimo, ahora es un cornudo COMUNITARIO!” Ya que todos sabrán su condición, eso es puro Morbo, Pero hay algo de justicia ahí, todos le traían ganas a Violetita.
Lo que más nos deleitó.-
A).- Que “!el propio esposo les preste dinero para cogerse a su esposa!” (¿Cómo se te ocurren estas ideas?) Eso es inaudito, aplausos para ti autor.
B).- Y las frases de Violetita, son adorables:
- Viole fue más práctica -Además ya pagó mi amor ¿No creés que es justo que me coja un poquito?
- Ay Sí gimió ella, Así qué buena pija! Viole Al menos ten la decencia de callarte!
- -Ay, mi amor terció Violeta No seas tan pesado al fin de cuentas es de la familia
- Préstame 50, La turrísima puta se desinfló, con una sonrisa de satisfacción total -Sos un hijo de puta le festejó.
- “sí, primito, sí… siempre quise saber cómo se sentiría tu pija adentro mío…”

C).- Y la superioridad de él como macho por sobre mi patética inferioridad de cornudo Cuando:
- yo escupiendo sobre su pija y él sacándola y metiéndola
- agárrame la pija que le acabo a tu mujer… Quise poner una cara de ofendido pero no me salió.
- Me tomó desde arriba de la cabeza y me empujó hacia la cola de mi novia, a ese ano explorado y explotado, cubierto de él. La chupé, la comí, la limpié. Y se me embadurnó la cara del semen de mi primo y los jugos de mi novia.
—¿No querías darle placer a ella? Vas a ver que le va a encantar.
Y por primera vez en mi vida la hice acabar con solo tocarla.

trabajabdofederico dijo...

QUINTO.-
¿Qué paso?
¿Cuál es el plan del Primo?
¿Ese matrimonio nos despierta mucho cariño?
Al final se dice que ¿habrá más Historias?

Es decir; queremos ver rescatada a Violeta de esa parrilla.
Y aclaramos queremos “QUE SE CURE” de su adición por los camioneros, NO que se le quite lo Puta.
Que la rescaten de la parrilla y descubra el Mundo.
Una hembra como ella, merece mucho más.

Además ahora está enterado EL VECINO, es decir tiene una polla cercana de la cual echar mano.
Perdón…? Quise decir ayudarla.

jaqueline dijo...

me gusto el relato me lo lei de principio a fin incluido los comentarios jajaja sin embargo al final del relato mencionabas una siguiente parte, que paso??? creo que muchos esperamos esa siguiente parte. mi email es jaquiperezsosa@gmail.com

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