MICRO NEWS:  El Faro, Parte III: Tipeo 100%, Correcciones 50% — Esta 3ra parte se publicará completa | Fidelidad Intermitente (2,3,4) Tipeo 80%, (5,6,7) Escrito 100% | ►Hay una actualización en el sub-blog Plop!


sábado, 15 de septiembre de 2012

En el Nombre del Padre (01)

 EN EL NOMBRE DEL PADRE - 01 - C O M P L E T O
(VERSIÓN 1.2)

 Por Rebelde Buey

—Ay, no sé, Miguel… Siento que no deberíamos estar haciendo esto…
Miguel era un viejo zorro que conocía demasiado bien a las chicas como Dayana. Las veía encastradas en jeans un talle menos para mostrar mejor un culo explosivo, hacer ojitos, sonrisitas y poner voz seductora y tramposa, para luego diluirse de toda responsabilidad y apelar a una inocencia técnica, aunque de ninguna manera real. A ésta la venía junando desde hacía dos años, y el papel de novia dubitativa se lo actuaba cada vez que le ensartaba verga hasta los huevos.
La tenía de espaldas a él, con ese culo fabuloso, perfecto de secretaria de televisión, a su merced. Ese culo que no debía ser para él pero que usaba y gozaba más que ningún otro. Se llenó las manos con las nalgas duras, y manoseó a la pendeja con ganas, lujuria, con deseos y morbo contenidos, y le fue abriendo los cachetitos bien abajo mientras ella seguía gimoteando un engañoso: “Pobre Agustín… No se lo merece… No se lo merece…”
Igual Dayana paró la cola, expectante de carne, y el viejo no se hizo esperar más. Se pasó saliva por la cabeza gorda de su pija y arremetió contra la conchita desprotegida de esa nena que hablaba con vocecita inocente.
Y le entró.
—Ahhhhhh… —gimió Dayana al sentirse hendida de pija—. Pobre Agustín…
Cómo le entró.
—Ahhhhhhh… Pobre… Pobre… Lo que le estamos haciendo…
Miguel le apretó las nalgas y sus dedos se blanquearon y enrojecieron. ¡Qué pedazo de culo tenía la hija de puta!
—Ni que fuera la primera vez que lo hacés cornudo a ese infeliz… Pará la colita un poco más… Así…
¡Y adentro!
—¡¡Síiiiii…!! —Dayana se arqueó de placer al recibir otro tramo de pija—. No sea malo, Miguel… Ahhh… El Agustín es… ¡Uhhhh…! un buen muchacho… ¡¡Ahhhhh…!!
Miguel la seguía agarrando de las nalgas con las dos manos. Aunque se la había cogido mil veces en estos últimos dos años, no dejaba de maravillarse de poder gozarse a una hembrita tan perfecta como esa. Comenzó a bombearla a lo salvaje, clavándole la pija hasta los pelos en cada estocada.
—El Agustín es un inútil… Y un cornudo… ¿Te creés que sos la primera novia que le cojo?
Dayana comenzó a agitarse hacia adelante y atrás, y él se lamentó de no poder verle bambolear las tetas.
—Ay, Miguel, por favor… Ahhhh… No me hable así que me caliento más…
Miguel tenía 55 años y había cogido mucho. Pero mucho. Sin embargo, pocas veces había sentido su pija tan embriagada de calorcito y humedades así de dulces. Era como si esa conchita apretada hubiese nacido para su pija, y no para la del cornudo. Volvió a clavar.
—¡Tomá, puta!
—¡Ahhhhhh…!!! ¡Síii…!
—¿Te gusta, bebé…? ¿La sentís bien…?
—Me siento llena de pija, Miguel… Ahhhhh… ¡Por Dioooosss…!
Comenzó a bombearle todo el vergón adentro, metiendo y sacando. Le manoseaba las tetas como podía, entre pijazo y pijazo. La pendeja se revolvía de placer, los cabellos negros de ella le daban en la cara y el perfume delicado y femenino lo calentaba de una manera entre perversa y dulce.
—¡El Agustín no se lo merece, bebé…!
—No, Miguel… Ahhhhh… No se lo… ¡Ay, Dios…!! No se lo merece… ¡Ahhhhhh…!
—El Agustín no se lo merece pero vos sí, putita…
Ahí el viejo clavó de un saque y hasta el fondo otro pijazo que le hizo abrir los ojos a Dayana.
—Yo sí… Yo sí… Ahhhhh… Yo sí me lo merezco… Ahhhh… Ahhhh… Yo me merezco pija… Ahhhh… Me merezco esta pija, Miguel… Ay, por Dios, qué llena de pija me siento… Ahhhhhh…
Entonces se escucharon unas llaves y la puerta de calle abriéndose. Miguel y Dayana se congelaron sin siquiera respirar. La puerta se cerró.
—¡Carajo! ¡Debe ser Agustín! —Dayana parecía sobresaltada.
—¿Otra vez ese pelotudo? ¡Le dije que se quedara en el local hasta las 3 así te podía coger tranquilo!
—¡Shhht! ¡Que lo va a escuchar!
Dayana se desenganchó de la verga y se subió la bombacha. Giró hacia Miguel, que iba con cara de pocos amigos.
—¡Estoy cansado de cogerte a escondidas! ¡Un día de estos le digo cómo es la cosa y que se la aguante como el cornudo que es!
—¡No sea así, Miguel, si usted me coge mucho más que él!! —Dayana se subió el pantalón a toda velocidad. Por los ruidos, se vio que el cornudo se había ido a la cocina—. Además, el Agustín no lo soportaría; déjelo, que así estamos todos bien…
—Es que quería cogerte bien cogida… Carajo… Encima tenía un regalito para vos… —Miguel se acomodó la ropa dentro del pantalón, fastidiado por completo.
—¿¡Un ragalito!? ¡Uy, qué lindo! ¿Qué es, un perfume? ¿Una pulserita de oro? ¿Qué es? ¿Qué es?
—Esta noche inventate una excusa cualquiera y pasate por mi pieza… Te llevás el regalito pero antes te doy pija hasta el amanecer…
Miguel se subió el cierre y se dispuso salir para el patio, para re ingresar luego por el comedor, o irse directamente a la calle. No era la primera vez que hacía esto cuando se cogía a la putita de la casa.
—Sí, sí… —se entusiasmó Dayana, que acomodó rápido su cabello—. Quédese tranquilo que yo le invento cualquier cosa a su hijo y usted me da toda la noche, ¿eh, suegrito?

                                   *  *  *

Se había prometido no cogerle más novias a su hijo. No después de que Agustín lo descubriera con la última y cayera en esa depresión tan fuerte. Miguel le había cogido a casi todas las novias desde los quince años. No sabía bien cómo se daban esas cosas, si era algo que tenía alguna explicación racional o todo era simple casualidad. La cuestión es que primero le cogió a la rubiecita judía con cara de boleada, a la que tuvo que desvirgar. La rubiecita aprendió rápido y obviamente se aburrió de Agustín, que ni estaba preparado más que para un par de besos. Se cogió también a la morocha esa que conocieron en el verano. Ya en la playa había cruzado un par de miradas de esas que no dejan mucho margen de dudas, y al volver a Alce Viejo, en una de las visitas de la niña a su casa, simplemente se dio. Se la estuvo cogiendo durante meses, casi todas las tardes, mientras su hijo estudiaba en el secundario. Una vuelta a la chica no le vino y él se hizo cargo, pero ella entró en crisis, él tuvo miedo de ir en cana y se dejaron de ver. Con un sobre lleno de dinero, Miguel la convenció de borrarse. La chica desapareció con una sonrisa y él se preguntó si no habría sido todo una puesta en escena. Lejos de enojarse, entendió que la vida le había dado una lección.
Ahí descubrió que la plata era lo que las seducía. Su hijo las traía hasta él, pero era un estúpido y un inútil, no representaba competencia; y él solo debía mostrar que era el que tenía la billetera. Así se cogió a las siguientes tres novias del Agustín. Su hijo se ponía de novio en el baile, en el club, donde fuera. Más tarde o más temprano las traía a casa (cuando Miguel se avivó, enseguida comenzó a insistirle a su hijo para que invitara a casa a sus novias, aunque hubieran salido tres veces) y ahí las chicas se regalaban ante ciertas y determinadas muestras de dinero.
Miguel sabía que debía tener un automóvil espectacular, un celular de última generación y zapatos y campera caros. Lo demás, no importaba. Cuando ostentaba eso, las novias de su hijo siempre terminaban besando su colchón y pidiendo por favor más pija. Porque encima se las cogía mejor que el otro pelotudo.
Solo que un día el otro pelotudo llegó más temprano y lo descubrió. Ahí fue que se prometió no hacerlo más. Y cumplió.
Hasta que apareció Dayana. Bueno, Dayana fue la siguiente novia de su hijo, así que tampoco fue que cumplió su promesa mucho tiempo.
Con Dayana las cosas fueron diferentes desde el vamos. Y por varias razones. Primero, la chica era una delicia. Estaba en otra categoría de mujer, decididamente no en la categoría de su hijo, y Miguel dudaba que estuviera en la de él. Dayana era una chica que podría perfectamente ser modelo o estar en la televisión. No solo tenía un cuerpazo perfecto, además era muy pero muy bonita, y a diferencia de las otras novias del inútil, se le notaba un mínimo de roce y educación. La otra diferencia era que su hijo ahora no iba a la secundaria por las tardes, que era el momento en que Miguel le cogía a sus novias. Ahora trabajaba en su negocio (el de Miguel), una casa de venta de escritorios y mobiliario para negocios.
No crean que Agustín no hizo esfuerzos para dilatar la presentación de Dayana a su padre. Por mucho que Miguel le insistiera para que llevara a su novia, él siempre encontraba una buena excusa para no hacerlo, tal era su miedo. Hasta que un día Dayana se le apareció por el negocio porque andaba por ahí. Miguel, claro, estaba en el local. Agustín se ensombreció, tragó saliva y no tuvo otra que hacer las presentaciones. Miguel se comió con la mirada a la chica, y Dayana le devolvió el halago con ojos chispeantes. Ella le miró el reloj, relojeó el negocio de pies a cabeza y cabeceó hacia el celular del viejo, cuando éste lo sacó —adrede— para buscar en internet algo sin importancia.
Miguel la leyó en el acto, y aunque había prometido no cogerle ninguna novia más a su hijo, supo que esa boquita de puta y esa cola perfecta empotrada en un jean extremadamente ajustado, se llenarían de pija y leche a diario, y no la de su hijo necesariamente; y se dijo que si Agustín iba a seguir con esa chica, iba a ser el rey de los cornudos, y que si ya no había remedio a que fuera un pobre e infeliz cornudo, entonces no era tan grave si él se la cogía; a fin de cuentas, era mejor que lo hiciera él y no alguien ajeno. Él no iba a lastimar a su hijo, ni le iba a querer robar la novia. Solo cogérsela.
Así se convenció y para la semana siguiente, cuando Agustín trajo a Dayana a cenar a casa, Miguel supo que iba a convertir a su hijo en el más grande cornudo del mundo, porque esa hermosura, esa exquisitez de chica emputecida y modos de nena buena, era el diablo en cada gesto, en cada mirada y, sobre todo, porque en esa cena ella entendió bien claro que mientras Miguel viviera, el que manejaba la plata iba a ser él, y que Agustín era apenas un empleado acomodado. Dayana supo —él se encargó de que lo supiera— que Agustín no tenía ni siquiera acceso a la caja y que desde esa semana él —Miguel— iba a trabajar menos, solo por las mañanas, para tener las tardes libres y “disfrutar más de la vida y del dinero, que total cuando nos morimos no nos llevamos nada”. Jajaja, las risas de Dayana, fingidas; las de Agustín, preocupadas.
Lo primero que hizo Miguel en aquella cena, apenas Dayana cruzó la puerta, fue regalarle un ampuloso ramo de flores y tomarle la campera galantemente. Agustín frunció el ceño, temeroso de la actitud de su padre, pero Dayana lo recibió como un gesto de caballerosidad y modos a la antigua, regalándole una sonrisa, un “gracias” y un beso sonoro en la mejilla. Cuando Miguel fue a quitarle la campera para guardarla, desde atrás, le rozó la cola con su antebrazo en un gesto mínimo, casual, tonto… Perverso.
—Agustín, andá a ver cuánto le falta a la carne esa…
—No, pa, quiero mostrarle la casa a Daya…
—¡Andá a ver eso, no me contradigas y serví para algo!
Agustín se quedó. No porque le sorprendiera el trato, a eso ya estaba acostumbrado, sino porque le pareció que su padre andaba planeando algo. Titubeó un poco, dudó.
—Andá, amor —invitó Dayana—. Dejá que tu papá me la muestre…
Miguel tomó a Dayana de la cintura y se la llevó del living. La cola dentro del jean era un monumento a la perfección. Miguel tuvo que hacer esfuerzos titánicos para no bajar la mano y tocársela. No quería pasarse, ésta chica parecía más despierta y mundana que las otras regaladas que le traía el inútil de su hijo. Decidió no avanzar sobre la cola pero tampoco retirar la mano de la cintura. Así le mostró el living y luego rápidamente los baños y el patio de atrás. Miguel advirtió que la chica no se molestó por el contacto permanente de su mano, de modo que se relajó y, sin pretenderlo, se le empezó a parar el vergón. La llevó escaleras arriba donde estaban las habitaciones. Sabía que si la chica aun dudaba, la casa de dos plantas la iba a terminar de convencer. Las habitaciones eran grandes y la de él tenía un enorme jacuzzi, que Dayana festejó con ojos de fiesta.
—¡Qué buen jacuzzi, Miguel! Debe ser espectacular bañarse ahí dentro…
—¡Es espectacular, mi amor! Es una de las sensaciones más placenteras que puedas vivir…
—¡Seguro que sí!
—Sacando el sexo, claro —Miguel le guiñó un ojo, buscando complicidad. Dayana sonrió y le golpeó el pecho, reprendiéndolo y festejándole la humorada a un tiempo.
—Y todavía mejor disfrutar un placer mezclado con el otro…
Miguel a esa altura tenía la pija que le desbordaba el pantalón. Se rió, la tocó como casualmente un poco más y los dos estudiaron los límites del otro.
—¿La habitación de Agustín también tiene jacuzzi?
El viejo se deleitó con el casi explícito interés de la chica. Dayana era una trepadora, pero le faltaba calle, y su interés en lo material era evidente. Se ufanó Miguel, de saberlo de antemano.
—No, no… La habitación de Agustín es muy chica... Ni siquiera pudo entrar una bañadera…
—¿Cómo…?
—Vení, te la muestro. Está abajo, en el patio, al fondo de todo.
Cuando pasaron otra vez por el comedor para salir, Agustín los cruzó.
—Ya casi está la carne, pa. ¿Puedo ir con…?
—Poné la mesa, no molestes. Tenemos que atender bien a tu novia…
Agustín se quedó duro y solo miró cómo su padre se llevaba a su novia de la cintura.
La piecita del fondo era una casucha de ladrillo de conchilla gris, sin revoque. Era muy pequeña y mal iluminada, tenía un duchador y una cama de una plaza, con una estufa de querosén vieja.
Dayana se sorprendió.
—¿A… acá vive Agustín…?
—Duerme. Solo duerme. Vivir, vive en la casa, pero para dormir y para… bueno… llevarse a sus novias, siempre tuvo esto… Es lo que pudo ganarse…
—¿Cómo ganarse…?
—No quiero que mis hijos sean unos vividores, así que se ganan su dinero como cualquiera…
—Ah… Qué bien… Así aprenden a pelearla y ganársela como todo el mundo… Como su padre… —Dayana apoyó su mano en el brazo del viejo—. Usted sí que supo hacer las cosas bien… Mire todo lo que logró… Tiene un negocio, una casa enorme, un BMW…
Cuando Dayana mencionó el BMW, Miguel supo que se la iba a coger, y pronto. Aprovechó que ella estaba apretada entre la cama y la cómoda para pasar por allí con una excusa tonta. La proximidad, el apretujamiento de los cuerpos, mejor dicho, le dio la excusa perfecta para pasarse de la raya con impunidad.
—¿Me permitís…? Quiero mostrarte algo… —y pasó entre Dayana y la cómoda, con lo que la tomó de la cintura, medio para agarrarse, medio para hacerse lugar y pasar; y aprovechó y, deliberadamente, bajó la mano un poco y tocó la parte superior de la cola de su nuera. Dios, qué exquisitez. Qué curvas y qué dureza. Nada más de sentirle el perfume y tocarla apenas debajo de la cintura, el viejo se puso al palo de nuevo.
Al otro lado, en la mesita de luz de allá, había una estatuilla metálica que Miguel tomó. Cuando regresó hacia Dayana, ella estaba de espaldas, como mirando algo en la cómoda. Se jugaba a que la pendeja había girado adrede, para mostrarse de atrás, pero sobre todo esperando el regreso del viejo. Miguel aprovechó y al pasar nuevamente por ese espacio tan angosto, volvió a tomarla de la cintura, pero esta vez con ese culo fabulosos hacia él. Con una de sus manos apoyada por debajo de la cintura, sobre las ancas de la niña, le pasó la pija durísima por toda la cola, con un disimulo discutible. Ella —él no podría asegurarlo, pero creía que sí— sacó un poco la cola para que la presión fuera más fuerte.
En ese momento entró Agustín, justo cuando Miguel se despegaba de su novia.
—Ya está la comida y la mesa puesta. ¿Vienen?
—Agustín, ¿por qué no le contás sobre el premio que te ganaste?
—¿Te gansate un premio, mi amor?
—S… sí… de ventas regional… —y señaló con los ojos el pequeño trofeo que tenía su padre en la mano.
El padre carraspeó y agregó:
—Bueno, en realidad fue un segundo puesto…
—¡Papá!
—¿Qué? No vas a sostener con esta preciosura una relación basada en mentiras, ¿no, hijo?
—¡Agustín, no me mientas, eh? ¡No soporto los engaños!
Ya estaban en el patio regresando a la casa.
—Sí, sí… Salí segundo… No importa, vamos a comer…
—¿Y quién salió primero?
—Yo, mi amor… —concluyo Miguel, tomando a su nuera otra vez de la cintura—. Este inútil no puede hacer nada mejor que yo…
—¿Nada, nada?
—Nada.

En la cena, la charla giró sobre varios temas, pero más que nada sobre Dayana y Miguel. Agustín se sentía aislado, disminuido. Ignorado no, porque cada dos por tres lo mandaban a que vaya a buscar algo a la cocina. Miguel observó que Dayana sacaba el tema del dinero de forma recurrente, aunque nunca de manera directa. ¡Cómo conocía Miguel a estas turritas!
Dayana quiso saber, o en tal caso saber más, de ese asunto de que Agustín no tenía beneficios sobre la buena posición de su padre.
—... la tienda es mía, la hice yo —explicó Miguel, tomando un trago de vino tinto—. Y me maté trabajando toda la vida, así que el dinero también es mío…
—Sí, entiendo… —Dayana estaba sentada frente a su suegro, los ojos bien abiertos y los codos apoyados sobre la mesa, sosteniendo su cabeza y su sonrisa sobre las manos entrelazadas— Me parece justo…
—De esa manera ellos aprenden y yo me doy los gustos…
Cuando dijo “me doy los gustos”, Miguel miró a la chica deliberadamente a los ojos. Dayana captó el gesto y estiró la comisura de sus labios unos milímetros, en una sonrisa de emputecida.
—Pero no te creas que lo hago de miserable, ¿eh? No soy miserable. Yo gasto mucho. Lo gasto en mí, en la gente que quiero, en lo que se me dé la gana, ¿entendes?
—Cre... creo que sí…
—Por ejemplo… Ponele que vos me caés simpática… que me caés bien… Vos parecés una buena chica, sos muy linda…
—Gracias, Miguel... —le hizo ojitos ella.
—Así que ponele que entre nosotros hay buena onda, nos caemos bien, nos hacemos amigos… Yo soy capaz de hacerte regalos porque sí, ¿entendes? O prestarte plata…
—Papá, estamos cenando, Dayana no quiere que hablés de dine…
Dayana giró y lo fulminó con la mirada.
—¡¡Callate Agustín, y dejá hablar a tu papá!!
—¿Ves cuando te dijo que éste es un inútil, Day?
—¡Sos un inútil, Agustín! —le gritó ella, ahora más dura. De inmediato aflojó sus hombros, giró hacia el viejo y sonrió dulcemente—. ¿Qué tipo de regalos, Miguel…?
—Un perfume… una pulsera… unos zapatos caros, unas botas…
—¡Ay, qué lindos regalos! —se entusiasmó Dayana, jugando con el índice sobre el escote de su remera.

Cuando terminaron de cenar, la sentencia llegó tan obvia que Agustín ya se estaba poniendo de pie antes de oírla.
—¡Levantá la mesa, serví para algo!
Agustín agarró un plato, dos, tres… Un vaso, dos, tres… Quería hacer rápido, levantar todo en la menor cantidad de viajes posibles a la cocina, porque no quería dejar a su padre y su novia solos por mucho tiempo. Vio a Dayana incorporarse, y a pesar de que la remera no era muy escotada, se le vio buena parte del corpiño. Fue todo tan rápido que él se desesperó, estaba nervioso, muy torpe, juntando cosas…
Y el último vaso de vino se le zafó de los dedos… y el vino fue a dar al regazo de su novia.
—¡Ayyy!! —gritó Dayana y saltó hacia atrás, cuando el vino le empapó el jean.
Miguel crucificó a su hijo con la mirada. Todo su esfuerzo por que la noche fuera perfecta se iba a los caños.
—¡Imbécil de mierda, mirá lo que le hacés a tu novia!
—¡Fue sin querer, papá!
Dayana también parecía muy enojada. Seguramente ese era su mejor pantalón.
—¡Pelotudo, me estropeaste el único jean bueno que tenía! —le gritó, y le arrojó un pimentero, que fue lo primero que encontró sobre la mesa.
—¡Perdoname, mi amor, fue sin querer!
Miguel se le fue encima a su hijo con la mano en alto.
—¡Siempre el mismo inútil, vos! ¡Siempre el mismo inútil!
Y le bajó dos manazas sobre la cabeza, que Agustín apenas atajó, escondiéndola entre sus brazos.
—¡No me pegues, papa! ¡Fue sin querer!
—¡Mirá lo que le hiciste a la chica! ¡Te voy a descontar plata de este mes para que le compres el mejor jean en el shopping más caro!
Y recién ahí Miguel fue hacia su nuera, que permanecía de pie, estirada, y mirando la mancha interminable y bordó sobre su pantalón. Miguel se arrodilló ante ella y la tomó de las piernas. Elevó su rostro y miró a su nuera a los ojos.
—Mirá cómo te dejó este inútil…
Dayana le sonrió, se desabotonó el jean y se bajó el cierre. Giró sobre sus pies quedando de espaldas a su suegro, la cola perfecta y a punto de explotar sobre el rostro del viejo. Se arqueó un poco y comenzó a maniobrar para bajarse el pantalón.
Agustín se acercó, temblando, y respiró para decir algo. No llegó a decir nada.
—¡Mogólico de mierda, limpiá todo el enchastre que hiciste y terminá de levantar la mesa!
El inútil obedeció y Dayana se calzó lo pulgares en cada lado de la cadera y comenzó a bajar el pantalón, lentamente, corriéndolo para abajo un poquito de un lado, un poquito del otro. La cola fabulosa, la cola redonda, perfecta, voluminosa de esa chiquilla fantástica comenzó a aparecer ante los ojos de Miguel. La pija se le agrandaba mientras escuchó a su hijo con los platos en la cocina. El jean siguió bajando de a poco, Dayana tuvo que sacar aun más cola, ya que todo estaba muy apretado. Casi podía tocar esa culazo con sus labios, pero era un hombre respetuoso: su hijo andaba ahora levantando la mesa a dos metros, delante de ellos.
Cuando el jean dejó la cola al descubierto, reveló una tanguita roja y diminuta, incrustada y perdida entre las nalgas, que recién regresaba voluminosa en la conchita.
—Yo sabía… —murmuró Miguel.
—¿Qué, suegrito?
—Nada, mi amor…  —Miguel ayudó a bajar de un golpe el jean, una vez que había pasado la redonda cola, el resto fue solo tirar hacia abajo. Dayana levantó un pie, luego el otro, y el jean quedó en el piso, y la novia de su hijo quedó semi desnuda y a su merced. Se puso de pie temblando, hacía años que no veía un cuerpo tan tremendo como ese, y para incorporarse se tomó deliberadamente de las nalgas, de los dos chachetes de esa cola increíble.
—Perdón… —se disculpó, pero tardó una demasiado en retirar el manoseo. Una eternidad.
—Está bien —Ella sonrió—. Somos como de la familia.
—Ahora le pido a ese inútil que te lo lave, aunque no creo que el vino vaya a salir…
—Se lo pido yo, Miguel.
El viejo se quedó.
—¡Agustín, vení para acá! —gritó ella imperativamente.
Agustín llegó de una corrida, con las manos mojadas y la camisa engrasada de la cocina.
—¡Tomá, inútil, serví para algo y andá a lavarme el pantalón! ¡Y tratá de no estropeármelo más!
Agustín vio a su novia casi desnuda de la cintura para abajo. Estaba hermosa, pero con su padre al lado no podía ser contemplativo.
—¡Mi amor, ponete al…!
—¡Andá, te digo!
Agustín tomó el pantalón y se fue al lavadero. Miguel y Dayana quedaron solos.
—No te preocupes por ese jean. Le voy a descontar todo el sueldo de este mes y te lo voy a dar a vos así te comprás un montón de ropita.
—¿¡Todo el sueldo!!?? —se entusiasmó ella.
—Todo todo.
—¡Ay, Miguel, gracias! ¡Usted es un caballero!
Y ella fue y se le colgó del cuello, se elevó y le zampó un beso en la mejilla, demasiado cerca de los labios.

Agustín era un inútil en serio. Cuando llegó al lavadero se encontró con un problema grave, imposible de resolver: ¿debía lavar el jean con jabón común o con jabón del lavarropas? Porque si bien lo iba a hacer a mano, era ropa. Era por cierto mucho más incómodo lavar a mano con el jabón en polvo, pero por algo era en polvo el jabón para lavar la ropa en el lavarropas. Supo que le iban a gritar, pero fue a preguntarle a su padre. Era mejor que le grite un poco ahora y no que le pegue si se equivocaba de jabón. Fue de regreso al living-comedor, y casi se queda seco.
—¡Papá! ¡Dayana!
Su novia estaba acomodada a lo largo del sillón, sobre el apoyabrazos y el respaldo del sofá. Estaba con una pierna arrodillada y la otra sobre el piso, con la remera puesta y abajo desnuda, con la bombacha corrida para el costado. Detrás de ella, su padre la penetraba lascivamente, bombeando sin parar, con sus pantalones y calzoncillos a la altura de las rodillas.
—¡Agustín, no te enojes! —su padre bombeó un par de veces más y frenó, quedando quieto con la verga dentro de Dayana. Aun apoyaba sus manazas en las nalgas de ella.
—¡Te estás cogiendo a mi novia, papá! ¡Me dijiste…! Me prometiste…
—Ya sé, ya sé… Pero te juro que ésta es la última vez…
—Dayana, vos… Vos…
—Y bueno, eso pasa por tirarme el vino en la ropa… cuando me saqué el jean, una cosa llevó a la otra…
—Sí, una cosa llevó a la otra, hijo…
—¡Pero si los dejé solos menos de un minuto!
Con disimulo, Miguel entreabrió los gajos de la cola fabulosa de su nuera, suavemente, y se movió como para dar la cara a su hijo. Solo que en el movimiento le enterró un poquitito más de verga.
—¡Te prometo que ésta es la última vez, hijo, en serio! —y muy muy lentamente. Miguel retomó el bombeo. Enterró verga y notó cómo Dayana elevó imperceptiblemente la colita para que le entre más profundo. La pija fue lenta pero ininterrumpidamente hasta el fondo.
—¡Ahhhh…! —gimió Dayana.
—¡Papá!
—¡Es la última vez, Agustín! ¡Te lo juro! —y enterró más.
Miguel juntó y apretó hacia adentro las dos nalgas de Dayana mientras sacaba la pija. La tanguita roja estaba corrida hacia el lado de Agustín, que miraba todo con ojos desorbitados y el mentón tembloroso. La bombacha iba enredada en uno de sus dedos.
Miguel comenzó a enterrar verga otra vez. Era gruesa y muy rugosa, y Agustín casi podía oír el roce de la piel entrándole a su novia.
—¡Mi amor! —reclamó él—. ¡Decí algo!
—¡Qué pedazo de pija tiene tu papá…! ¡Ahhhhhhh…!
Agustín hubiese preferido que Dayana no dijera nada.
Miguel fue a sacarla nuevamente, y ya antes de que la cabezota se saliera, volvió a enterrar. Más fuerte.
—¡Ahhhhhhhhhhhhh…!!!
—¡Papá, la vas a lastimar!
—¡Callate, cornudo, y andá a lavarme el jean! —Dayana abrió los ojos y miró feo a su novio. Pero en seguida volteó hacia atrás para asegurarse más pija—. Siga, Miguel… Siga…
—¡Dayana!
Miguel volvió a separar los gajos de la cola y a enterrar verga.
—¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh….!!! ¡Suegrito, por Diossss…!!! ¡Ufffgh…!
—¡Por favor, pará de cogerla, papá! ¡Te lo pido por lo que más quieras!
—¡Lo que más quiero es clavársela a tu novia hasta los huevos, Agustín!
Y otra vez la pija bien al fondo.
—¡Me prometiste…! ¡Vos me prometiste que nunca más…!
—Ya sé, hijo, ya sé… ¡Y te juro que ésta es la última vez…!
Dayana entrecerró los ojos cuando el vergón la taladró otra vez hasta hacer tope. Miguel le sobaba las nalgas y la cintura, y la miraba con una lascivia lobuna.
—¡Dejá de cogérmela!
Pero su padre no le podía hacer caso.
—¡Es solamente esta vez! ¡Es la última, en serio!
Ya Dayana cabeceaba hacia adelante y atrás con el bombeo del viejo. Los cabellos se agitaban y se le volvían hacia adelante, tapándole el rostro y haciéndola más puta. Se arqueaba sacando cola para que le entre más profundo, y en el arqueo los pechos dentro de la remera se le agrandaban hasta dibujarle los pezones.
—¡Por favor…!
—En serio, Agustín… Ahhhh… en serio… es la última… Uhhhhh… la última vez que te cojo a una novia… fffggghhh…
Agustín fue hacia adelante, a donde la cabeza de su novia seguía zarandeándose con cada pijazo.
—¡Dayana, ¿es por el jean? ¿Estás haciendo esto para vengarte del jean?
—¡Jajaja! No, cuerno… —Dayana se tomó del apoyabrazos del sillón y se elevó un poco, trepándose sobre las solapas de la camisa de su novio, para sostenerse mejor de tanta sacudida—. Ya me dijo tu papáaahhh… que me va a dar todo… ahhh… tu sueldo de este mes para que yo… Diossss… me compre la ropa que quiera…
—¿Qué? P-pero… ¡Pero un jean cuesta 300 pesos y mi sueldo es de 1.800!!
—¡Agustín, no seas miserable! —terció Miguel, que ahora tenía asida a Dayana de la cintura, como para que la chiquilla no se le vaya hacia adelante con cada clavada—. ¡Es lo menos que debés hacer con esta preciosura!
—¿Pero y por qué te está cogiendo, entonces…?
Dayana no paraba de sacudirse y agitarse. Se agarró mejor de su novio y apoyó su cabeza en él, casi sobre su rostro—. No séeehhh… me dijo que me daba tu sueldo… Ahhhh… y no lo pude evitahhhhr…
—¿Te estás dejando coger por 1.800 pesos?
Recién ahí Dayana abrió bien los ojos y miró a su novio.
—¡Ay, Agustín, deberías aprender de tu papá que no se anda fijando en la plata! —Y recibió otro pijazo de su suegro—: ¡Ahhhhhhhh…!
—¡Porque esos 1.800 pesos son míos!
Dayana pasó a ignorarlo por completo. Llevó su rostro hacia atrás y le sonrió a Miguel. Un rápido cruce de miradas y ella se salió de su pija. Miguel se recostó sobre el sillón, y Dayana fue a montarlo arriba, como la puta que estaba resultando ser. Agustín se sintió dolido con todo el movimiento, pero no pudo dejar de apreciar las curvas perfectas de su novia. ¡Qué cola y qué cintura tenía, Virgen Santa!
—Nunca pensé que pudieras ser de esas, Dayana…
—No, mi amor… —Dayana se acomodó sobre el viejo, una pierna de cada lado, sobre la ingle—. No soy de esas… Te juro que esta es la última vez que te hago cornudo… —Hurgó abajo hasta encontrar el vergón y lo tomó de la base con decisión—. Fue un momento de debilidad, nada más…
—Todas dicen lo mismo…
—¡No, te lo juro! Yo no soy así —Y comenzó a clavarse la pija de Miguel otra vez—. ¡Ahhhhhhhh…! ¡Esta es la última vez, mi amor! ¡Ahhhhhhhhhhh…!
—Jurameló…
Dayana comenzó a cabalgarse a Miguel delante de su aturdido novio. En cada movimiento iba hasta el fondo.
—Te lo juro, mi amor, te lo juro… Ahhhh… Síii… Síii, Miguel, síii… —La fricción se escuchaba en todo el living y mortificaba al pobre Agustín. De pronto Dayana se frenó—. Ay, ¿no me corrés la tanguita un poco para el costado, mi amor? Se está enredando con la pija de tu papá.
El cornudo fue como un autómata y le corrió la bombachita para que se clavaran a su novia con mayor comodidad.
—Por favor… No lo voy a soportar…
Y otra vez a cabalgar sobre esa pija.
—Es la última vez que te hago cornudo, mi amor… Vos confiá en mí… —Pedía Dayana mientras tragaba todo el mástil de su suegro—. Vos confiáaahhh… en mí… ohhhhh…
—¡En mí también confiá, hijo! —saltó muy alegre Miguel, como si pasara a saludar—. Yo también es la última vez que te cojo a una novia…
Miguel tenía agarrada a Dayana de la cintura, y movía su pelvis hacia arriba, para profundizar aun más cada penetración. Sentía esa conchita exquisita enguatarle la pija con calor y humedad, y al inútil e imbécil de su hijo ahí al lado dando lástima como un patético cornudo. Se dio cuenta que mucho más no iba a aguantar.
—¡En vos no confío, viejo degenerado!
—¡Agustín, no seas así! ¡Respetalo, que es tu padre!
Dayana seguía cabalgando pija.
—¡No confío! ¡Es un viejo hijo de puta que se cogió a todas mis otras novias!
—¡¡Ahhhhhhhhh…!!
—¡Dayana!
—¿Qué te hizo, mi amor? —Dayana subió sobre la pija vaciándose por un instante de verga.
—Me cogió a todas las novias.
Y entonces se lo clavó bien a fondo.
—¡Ahhhhhhhh…! ¡Síiiiiiiiiii…!
Y volvió subir.
—¿Y qué te hizo, mi amor…? ¿Qué fue lo que te hizo, exactamente?
—Me las… cogió una por una…
—¡¡Ahhhhhhhhhhhhh!!
Y a clavarse.
—Sí… sí… sí… sí… síiii… Seguí contándome, seguí… ¡Ahhhhh…!
Miguel ayudaba: con cada sacudida de la mocosa, él subía la pelvis y se la enterraba hasta la garganta.
—Me hizo cornudo… con todas…
—Síii… síiii… seguí… Seguiiiihhh… ¿Qué te hizo?
—¡Me hizo cornudo!
—Siiii ¡¡Ahhhhhhh…!!! ¿Qué te hizo?
—Me hizo cornudo, mi amor… ¿No me escuchás…?
—¡Cornudo! ¡Sí, te hizo cornudo!!! ¡¡¡AHHHHHH…!!! Cornudo, síii… cornudo… cornudo… cornudo… ¡Cornudooohhh…!!
—¡Sí, ya te dije!
—¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHH….!!! ¡¡Cornudooohhhh…!!
Miguel alentó:
—¡Y les acababa adentro!!
—¡¡Noooooooo por Dioooooossss…!! ¡¡Acabo, cornudoooohhh!! ¡¡Acaboooohhhh…!! ¡¡Ahhhhhhhhhh…!!
Dayana no se cogía a Miguel. Era un animal en celo que pistoneaba sobre la pija del viejo a una velocidad feroz y un ritmo salvaje. Se clavaba la pija una y un millón de veces, cabeceando, acabando, resoplando sus cabellos que le invadían el rostro, clavándole el orgasmo con las uñas a su victimario
—¡¡Te las llenaba de leche, cornudooohhh!!
—S…sí… Me las llenaba… de leche…
Dayana se vino con los ojos cerrados, gozado la rugosidad de esa pija adentro suyo. Estaba acabando justo cuando comenzó a sentir los espasmos en la pija de su suegro.
—¿Se viene, Miguel? ¿Se viene?
—¡Sí, putita, síiihh…!
—¡Papá, no le digas putita a mi novia!
Miguel elevó las manos y tocó los pezones de Dayana, por debajo de la remera. Quería acabar amasando esas tetas espectaculares. Pero se le iba a complicar. Sin dejar de penetrarla, la puso de espaldas sobre el respaldo, siguiendo de frente el uno contra el otro, y se hizo rodear la cintura con las piernas de ella. Se la clavó literalmente hasta los huevos.
—¡Ay, Miguel…!!
—¡Ahhhhhhh…! Putita… ¡qué bien te siento!! ¡¡Sos una delicia…!
—¡Papá! ¿Qué vas a hacer…?
—Se viene, mi amor… ¿No te das cuenta?
—¡Papá, no! —Agustín miró cómo la verga gruesa de su padre perforaba la conchita bien estrecha de su amor. Y se escandalizó—. ¡Te la estás cogiendo sin forro, no le acabes adentro!
—Ya te dije que… uuuffffhhh… es la última… vez, Agustín… Ahhhhh…
—Ya sé, pero te digo que no quiero que le acabes adentro, por favor…
—No… es la última vez que te la cojo… Es la última, Agustín…
—¡¡Ya sé que es la última, pero acabale afuera, papá!!
—Síiii… ahhh… afue… afue… ahhhhhhh…
Miguel se movía cada vez más rápido y se la clavaba más y más adentro, y Dayana lo abrazaba con sus piernas y con sus brazos, metiéndolo dentro de ella y besándole el cuello. Era difícil, imposible, resistir.
Y se deslechó.
—¡Afuera, papaaá!!
Bien adentro.
—¡¡Ahhhhhhhhhhh…!! ¡Putitaaaaaahhh…!!!
—¡¡¡Afueraaaaa, hijo de putaaaa!!
—¡¡¡¡¡Ahhhhhhhhhhhhhhh por Diooooooosss…!!!!!
El primer chorrazo la golpeó a Dayana por dentro como un chispazo. Sintió el calorcito bien bien adentro suyo mientras su amante se retorcía de placer y su cornudo se agarraba la cabeza.
—¡Mi amor, noooo!!!
—¡Tomá, puta! ¡Tomá la lechitaaaahhhh…!
La bombeó y no paró de bombearla mientras le seguía volcando chorros de leche adentro, y la tomaba del culo y la empalaba bien, como para dejarle hasta la última gota de su placer.
—¡Le acabaste todo adentro! ¡Sos un hijo de puta, papá!
—No… No, hijo… uhhhh… Te juro que es la última vez… —Y a ella—: Me dejaste seco, bebé…
—Y vos, Dayana… ¿cómo te dejaste…?
Agustín estaba moqueando cuando su padre giró hacia Dayana para murmurarle algo.
—Qué buena cola que tenés… qué buenas gomas y carita de chupa-pija que tenés, bebé…
Y ella, hecha una campanita.
—¡Ay, Miguel, las cosas que dice!
Agustín vio a su padre bufar, sacarse el aire de tanto goce que llevaba; lo vio reacomodar a su novia como si fuera una muñequita, solo para soslayarse con la cola de ella, ese culazo perfecto que se suponía iba a ser solo suyo; lo vio inclinarse hacia adelante y besar una de las nalgas de su novia para por fin retirar su pija gorda, ablandada de desleche. El “flop!” al sacar la pija fue seguido de unas risitas y de su sollozo. Ahí recién los otros dos se pusieron más serios. Dayana no estaba para debilidades:
—¡Inútil, ¿qué hacés todavía acá?! ¡Andá a lavarme ese jean antes de que el vino que le tiraste no salga más!
Dayana comenzó a limpiar el vergón del viejo, de la última leche que quedaba. Miguel le acariciaba la cabeza.
—Me metieron los cuernos… eso está mal… está muy mal… —se quejó Agustín entre sollozos.
—Ya te dije que es la última vez, ¿qué más querés que te diga? ¡Al final a vos no hay nada que te conforme…! —Dayana se puso de pie y se fue subiendo la bombachita roja con cierta dificultad. Estaba muy enredada—. Encima que me arruinaste el pantalón bueno…
Agustín giró sin despegar sus ojos del piso de entablonado. Recogió su alma, su cuerpo, toda su humanidad, y fue al lavadero sin importarle ya qué jabón usar.

                                   *  *  *

Ahora, Dayana salió de la habitación recordando el primer encuentro con Miguel. Dios, cómo se la había cogido en estos últimos dos años. Si el cornudo supiera lo que siguió a aquella supuesta única noche… Aunque ella sospechaba que, en el fondo, el cornudo sabía, solo que no se atrevía a admitírselo a sí mismo.
Agustín estaba en la cocina, con una Coca Cola y un sándwich a medio comer.
—¡Mi amor —la saludó—, estás radiante hoy!
—¡Y vos estás engordando como un lechón! ¡Pará con los sánguches!
Agustín se le acercó baboso y oliendo a mortadela.
—¡Y bueno, tonta! ¡Si vine a que hagamos un poco de ejercicio!
Dayana le apartó la cara con asco y se lo sacó de encima.
—Primero lavate los dientes, bañate y arreglá todo este desorden que hiciste. Yo me voy a comprar algo de ropita para hoy a la noche, que tu papá me dio plata…
—Pero, vida, yo tengo ganas ahora, no a la noche… Si sabés que con lo que me hace trabajar mi viejo, a la noche llego siempre fusilado y me duermo en cinco minutos…
—Y bueno, hacete una pajita, mi amor… Si últimamente es lo único hacés en la habitación…
—No seas mala, Day… Además, ¿con qué plata vas a ir a comprar si yo no tengo un peso…? Hasta el viernes no cobro…
—Tu papá me dio hoy.
—¿Otra vez?
Dayana sacó unos billetes y los guardó en su carterita, tomó las llaves de calle y salió de la cocina. Agustín la siguió detrás.
—Sí, otra vez me dio. Siempre que puede, me da.
—No me gusta que te dé. Tu hombre soy yo.
—Ya lo sé, mi amor… Vos sos mi hombre… —dijo Dayana, abriendo la puerta. Salió moviendo sensualmente sus caderas para enfrentar el día y una ciudad llena de hombres. Y agregó, ya perdiéndose y sin esperar respuesta— …pero el que me da es él…
  
FIN del Episodio (COMPLETO, este capítulo termina acá)

85 COMENTAR ACÁ:

Anónimo dijo...

Ohhhhhhh Rebelde ya no se que hacer, tal vez un club de fans jaja!! Eres un idolo que historia magistral, me hizo acordar a eramos tan pobres una de mis preferidas, sin dudas que quiero la continuacion de esta historia en donde los 3 personajes tienen el morbo justo, el dialogo que mantiene el cornudo en toda la cogida le da ese toque que solo tu le sabes dar.
Felicitaciones y mas que claro lo de no publicar tus relatos.
Abrazo!!!

VM
http://vikingomiron.blogspot.com/

Mikel dijo...

MAdre miaaaa, este relato tiene olor a serieee..jeje

Me ha encantado el morbo que rezuma en cada linea. El tema es genial y los dialogos brutales.

El momento en que le dice el cornudo...dile algo...y ella dice...dame mas pija...jajaja genial

El dialogo en el que ella le hace repetir que le hace cornudo y ella aprovecha para llamarle cornudo...uff

Que el cornudo le pida sexo y ella le diga que no...mmmm

El final...tu eres mi hombre pero tu padre es el que me da..jaja

Relato imprescindible

Gracias

Cuerno Beta dijo...

Rebelde,

La verdad que la inclusión de familiares directos en escena no es lo que más me agrada de la temática Cuckold. De todas formas, debo admitir que tiene un morbo terrible este relato, sobre todo el diálogo en la primer cogida.

Sos muy talentoso, Rebelde, y tus relatos son lo más erótico de habla hispana.

Saludos.

AguantarMas dijo...

Estupendo me encantan los relatos de esta pagina

Rebelde Buey dijo...

VIKINGO MIRÓN:
es cierto, tiene puntos en contacto con "éramos tan pobres", no lo había notado, aunque la yesi usa lo del dinero para cogerse a un tercero, y acá Dayana se coje a un tercero para conseguir el dinero ^^

MIKEL:
jajaja!! sabía que el dialoguito "dayana, decí algo" te iba a gustar. casi que lo escribí para vos, jajaj!!

CUERNO BETA:
gracias por el elogio, man!! lástima que no te gusta tanto lo de poner parientes (imagino que infancia suburbana no habrá sido de tus preferidas, con el hijo presenciando el emputecimiento de su madre).
espero que la próxima sea más afin a tus gustos ;-)

AGUANTAR MAS:
y eso que solo leíste una página de 15!! ^_^

Muchas gracias por participar, gente!!! =D

PERVERT dijo...

Tremenda historia amigo, sin dudas de las mejores, el dialogo es fundamental para que el erotismo te prenda todo el relato.
Coincido con Vikingo que hay partes parecidas a eramos tan pobres y tambien de dedo al camion si no me equivoco se llamaba asi.
Si yo fuera el cornudo tremenda paja me hacia ahi jaja!! muy humillado el cornudo en este relato.

Lo mejor es como manejas los dialogos y las partes del relato con relacion al tiempo y los momentos.

Lo peor, realmente no hay nada malo, en lo personal me llevo bien con los relatos de cornudos combinados con la familia, tal vez me hubiera gsutado que al pobre cornudo no lo rebajaran tanto pero es un simple detalle.

Formidable como siempre, queremos mas!!!

SALUDOS PERVERT

Cuerno Beta dijo...

Rebelde,

Efectivamente, no soy fan de "Infancia suburbana", pero en el cruce dialéctico/pseudomoral que se dio en torno a dicho relato, estaba mucho más cerca de tus argumentos. Creo que este estilo de vida Cuckold, y las fantasías que se dan alrededor, tiene muchos límites, y no todos estamos dispuestos a pasarlos. A veces, esos extremos sólo nos calienta fantasearlos (en mi caso el embarazo del macho, algo que me recalienta pero que jamás lo pensaría como opción real), a veces ni siquiera nos calienta (parientes cercanos, niños, violencia física, etc)

De todas formas, insisto en admirar tu talento para narrar situaciones, imágines, sutilezas, más allá de la temática (Te conté que soy gran fanático de la novela y del 90% de tus relatos).

Abrazo grande.

Rebelde Buey dijo...

sí, totalmente de acuerdo!
hay un montón de cosas (muchas) que leo o incluso escribo y en la vida real no me calientan o incluso me dan rechazo.
lo del embarazo, ni en pedo lo consciento! castigos o humillaciones reales (no como parte del juego) tampoco. cierta castidad me gusta, pero la castidad completa no me parece bueno, los cuernos con amigos, parientes o gente del entorno de la pareja no me gustan para nada, incluso eso de limpiar a la mujer de uno estando recién usada... creo que solo podría hacerlo en un marco muy muy particular y en una situación de pareja muy particular, y así y todo, no sé...
jajaj!! la mayoría de las cosas que acá se escriben y leen son fantasías, muchas veces más exploratorias que siquiera con intenciones de calentar.

Anónimo dijo...

Que buena la idea de este cuento, me gusta mucho el cambio de perspectiva del cornudo al corneador. Y que ademas sea el padre, en verdad que promete esta serie. Éxitos

Hielo Negro

Anónimo dijo...

Buen relato, aunque no es mi preferido, infidelidades con familiares cercanos no me causan mucho morbo, prefiero que sean desconocidos, me causa mas morbo. Aunque igualmente buen relato. Esperando la versión 13!!! Saludos. Tom

Unknown dijo...

felicitaciones rebelde .
Muy bueno el relato y exelentemente escrito.
La parte final cuando Dayana le hace decir que el padre se cogio a todas sus novias y como le pide a su papa que no acabe adentro de su novia es genial , jaja seguro que el cornudo como venganza no le puso suavizante al pantalon cuando lo termino de lavar :).

Saludos

Anónimo dijo...

Hola Rebelde; soy juanchapa@live.com.ar ... Simplemente genial, que imaginaciòn, es 100% imaginación o lo sacás de la vida cotidiana? Muy buena redcción, simplemente atrapante! Salud y seguí así!

Anónimo dijo...

Gran historia! y la verdad tiene todas las pintas para ser un serie ;)
Me encantan los diálogos algo que erotiza a muchos.
eroticodeseo@gmail.com

Anónimo dijo...

Bassetero
Me gusto de entrada está serie los diálogos son muy bueno y morbosos sobretodo cuando recuerda al novio Agustín jajaa son todas iguales.
Noooo pero es siiiiii y el suegro un master.
Estoy esperando el relato así lo leo todo

Anónimo dijo...

Hola, Rebelde, desde Ferrol. Aparenta tener buena pinta este relato. Cuando lo tenga completo te podré hacer una crítica mas completa. Saludos desde este lado de charco.
aldan48@hotmail.com

Slemx dijo...

¡IMPRESIONANTE!

A diferencia de otros relatos, donde me encanta ponerme en los zapatos del cornudo o del corneador, en este relato me quedo viendo las acciones "desde la barrera", porque en mi vida real no me veo ni de un lado ni de otro. SIN EMBARGO, eso no quita que el relato resulte tremendamente morboso y toda una delicia. Muchas gracias por compartírnoslo.

Me recordó a un video JAV que recomiendo a ti y a tus lectores, si me lo permites, amigo Rebelde. Por supuesto que no es igual que el relato, pero tiene un ingrediente morboso en común: el suegro tiene el poder económico y eso le da ciertos "derechos" sobre la mujer del hijo. Sólo poner ("i-jav" "MADA-045") en Google y seguro llegan al video (para quienes, como yo, gustan de todo tipo de estímulos cornudos, sean literarios o filmográficos ;) )

Yendo al relato... me fascinó cuando Dayana, recién follada por el suegro, lejos de apenarse con el cornudo por su "traición", lo manda a que continúe lavando sus jeans. ¡Las chicas dominantes son tan encantadoras! Me gustó también la actitud cínica y atrevida del suegro, cuya experiencia le permite reconocer una zorra a partir de pequeños detalles.

Para temas en próximos relatos me encantaría que escribieras el de un cornudo que emprende la misión de convertir a su esposa casta y pura en una insasiable corneadora. Una especie de relato didáctico en el que son expuestas y ejemplificadas técnicas de "emputecimiento" de esposas. Diálogos en los que ella se resiste, pero poco a poco cede a las pervertidas sugerencias del marido. Pienso que algo así salido de tu pluma podría ser fabuloso.

Gracias reiteradas, amigo Rebelde.

Anónimo dijo...

Muy bueno el relato como siempre. Tendremos que esperar hasta el 1º para seguir leer otro gran relato.
Salu2 Manugares

Rebelde Buey dijo...

PERVERT:
Sí, a mí también me pareció que el cornudo quedaba demasiado humillado, pero no sé, me salió par ese lado. hay cosas que no puedo manejar, jajaj!

HIELO NEGRO:
Hacía rato que quería escribir un relato desde la perspectiva del corneador. Me alegro que te haya gustado ;)

TOM:
casi seguro que el 1 de Octubre "se estrena" LDE 13 jajaja!

CHRIS PALTINER:
noooooo...!!! qué buena idea la tuya para el final!! debería cambiarlo y ponerle eso que vos decís de la venganza con el suavizante! sería un lindo broche :P

JUAN CHAPA:
este relato es 100% imaginación. vi la imagen de Dayana (la podés ver en la sección LAS PROTAGONISTAS, en los links de arriba) y me disparó la idea de esa misma chica interesada en el dinero y entregándose al padre de su novio para que le mantenga los caprichitos.
Hay otros relatos que parten de algo real (mínimo) y les desarrollo toda una historia alrededor (como SEMANA NEGRA, AMIGA DEL PASADO y otras)

EROS:
no sé si serie, pero un par de capitulitos más seguro va a tener.

BASSETERO:
el suegro sabe por suegro, pero más sabe por viejo! ^^

SLEMX:
claro que se pueden poner links, siempre que sean (como en este caso), pertinentes al relato ;)
respecto de la idea de convertir a una novia casta en puta, es una fantasía excelente, y muy típica de los cornudos no muy sumisos (como yo), ya que uno es víctima y victimario a la vez. el problema de un relato como éste es que tengo que ver qué conflicto cuento, porque si no va a quedar como un "manual", y estaría bueno además contar una historia. pero la idea es buena, será mi trabajo ver cómo y con qué elementos lo mezclo para hacer de eso el mejor relato posible.

MANUGARES:
a esperar!! pero ya no es tanto :)
casi seguro que el del 1 de Octubre es LECHE DE ENGORDE 13

Anónimo dijo...

Exelente como siempre, en espera de leche de engorde 13

raurau19@hotmail.com

MChingon dijo...

Gran relato Rebelde, definitivamente suena a una segunda (por lo menos) parte muuuy interesante.
mchingon@gmail.com

Anónimo dijo...

Me quedé con las ganas de conocer a la protagonista.
¿en que foto te inspiraste?

Qué bueno que el próximo relato sea Leche de engorde una de mis series favoritas!

Hari dijo...

Eres un maestro, de este tipo de literatura... el padre tirandose a la novia delante del hijo.... y con todo el morro diciendole que es la ultima vez pero sin dejar de "empujar" y el cornudo intentado que la novia le de una explicacion, solo ha faltado que le usen de colchon y se tumben encima.
Segun lo cuentas nos metes en la escena como si lo estubiesemos viendo.......o viviendo, cada uno en el papel que prefiera, cornudo, corneador o novia (que tambien habra alguna lectora que le guste ese papel)
me ha gustado tu respuesta a MANUGARES estoy deseando que publique un relato de leche de engorde (mi favorita desde que desaparecio la de la infancia suburbana) y sobretodo que sea el 1 de Octubre que es mi cumpleaños, sera mi regalo mas esperado. voy a ver si mi novia no esta muy dada de si y no ha tenido ninguna visita esta semana ;P

Anónimo dijo...

Me encanto cuando el le decía que por favor no le diga puta a su novia... Ese respeto que tiene el cornudo por su amada me encanta!
Yo soy igual, aunque cuando la estan cogiendo a Sonia, me encanta que le falten el respeto, que la traten como puta etc. pero luego es mi esposa!
Abrazo
marce_cuernos

Pedro Blanco dijo...

Muy bueno el relato, la temática del suegro/novia es muy excitante. La forma como describes la “interacción” entre la novia y el suegro, y lo buena que esta la novia es muy morboso, te sale genial. La única pega, es que para mi gusto todo es muy directo, ni la novia puta ni el suegro tiene reparos en restregar los cuernos al novio, un poco de sutileza no hubiera caído mal. Igual el relato mantiene el buen nivel del blog, ojala se convierta en una serie.

Unknown dijo...

Eres un crack !!!! Felicitaciones por tu imaginacion estoy deseando leer el relato entero. 1 saludo. yegrosbat@gmail.com

Anónimo dijo...

Una vez mas felicidades, consigues que siempre te queden ganas de mas, genial lo del bocadillo, lo humilla en todos los aspectos!!

en.ma01@yahoo.es

Rebelde Buey dijo...

M CHINGÓN:
no va a ser muy larga, pero al menos dos o tres partecitas más va a tener.

EROS:
Esta es la foto que me inspiró la personalidad de la chica y la historia:
http://rebelde-buey-protagonistas.blogspot.com.ar/

HARI:
el próximo LECHE DE ENGORDE no sé si va a ser muy sexópata, es decir, tiene sexo, pero no tanto. y tampoco tanto morbo.
pero en cambio viene con una novedad (venía con dos, pero creo que la sorpresa más fuerte la dejaré para el capítulo 14, no lo sé aun)
igual, creo que te va a gustar :)

MARCE CUERNOS:
hmmm... ¿será un respeto por la novia o por "los cuernos" que se están dando en ese mismo momento? me refiero a un respeto por ese hecho tan atroz y radical, tan trascendente para la pareja, en un punto.
¡y que la traten como a una puta! (los machos; porque uno es el amor de su vida, debe ser un caballero, jajajaj)
(vamos, que aunque cornudos, también nos gusta faltarle el respeto a nuestras mujeres ^_^)

PEDRO BLANCO:
sí, estoy de acuerdo en que le falta sutileza, o al menos ir despacio.
lo que sucede es que si llevo el relato al ritmo más "realista", éste se estira mucho (este relato ya salió bastante larguito, imaginate de la otra forma)
pero es cierto lo que marcás =/

JORGE YEGROS:
ahí te lo mandé, jorge

E.N.
jajaja fue una idea de último último último momento!! ^_^

Anónimo dijo...

Luizer
que morboso sobre todo el echo de que el padre del pibe le folla todas las novias je je je muy buena la idea.. esto es un morbo de otro nivel mas alto.. esperando las siguientes de esta sere rebelde }!!!!

Anónimo dijo...

Excelente relato!!! Me encantó el corneador enojado porque tiene que esconderse!!! De una forma tan natural, tan "su derecho" que finalmente el corni se lo merece. NO-TA-BLE!

Siga así maestro!

PI

Unknown dijo...

Muy bueno como siempre el relato

Ed dijo...

Muy bueno tus relatos!
felicitaciones!
los que mas me gustan son: Dedo al camion (1) y Bombeando. flor de paj... me hago leyendolos!

ed
la_almeja2001@yahoo.com.ar

Santi el novio de vale dijo...

Impresionante, que putita por dinero, me encantó. El otro un cornudo bárbaro, encima por el viejo. Que buena serie, se perfila... me encanta!!

Este blog está cada día mejor, felicitaciones Rebelde!!!

Santi el novio de vale

Anónimo dijo...

muy bueno y morboso!! uno de mis preferidos junto a bombeando!!

marolio

marolio_1@hotmail.com

Anónimo dijo...

me encanto como iniciaste este relato, me gusto mucho el dialogo entre la novia y el papa, tienen mucho morbo las conversaciones entre la chica y el corneador

ramirezdiaz1984@gmail.com

Anónimo dijo...

Buenisimo cuando le hace decir que le cogió a todas sus novias mientras lo hacía cornudo...
Puede haber continuación con amigos de él?

soy_un_cornudo@hotmail.com

pepecornudo dijo...

eh suegrito.
bufff vaya introduccion.parecia una historia mas de macho dominante y cornudo sumiso,pero con esa frase le da un vuelco a la historia.que seguro tiene cuerda para rato por que dos años de cuernos dan para mucho.
no es algo que personalmente me gustaria hacer ,pero en cambio me encanta leer historias sobre padres y madres dominantes con sus hijos.
por cierto podrias escribir alguno sobre una madre que enseñe a su hijo como ser un buen cornudo.
muchas gracias por los buenos momentos que nos haces pasar

Anónimo dijo...

Rebelde, men. Deja de hacerme esto. Me vas a matar un dia! Jajajaja
Genio, siempre rompiendola con los relatos! Me llego el completo y no lo podia creer!
Un abrazo enorme genio, espero que sigas asi!
me.ezequiel@hotmail.com

toroman dijo...

Toroman22

Gracias por este nuevo relato, por favor no lo dejes.

Anónimo dijo...

Excelentes dialogos!!!
Una morbosa genialidad, espero la version completa!
Saludos
sinchino@hotmail.com

Anónimo dijo...

Muy bueno el relato.
mmgmm@hotmail.com.ar

laura cd dijo...

Me encanta!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
GRACIAS

Anónimo dijo...

tremendo morbo el adelanto, lo mandarias completo, gracias

daaybar@yahoo.com.ar

Anónimo dijo...

Muy buen relato, me encanto, segui asi. mmgmm@hotmail.com.ar

Anónimo dijo...

me encantan tus relatos rebelde y hace tiempo no entraba a la pagina me quede lejos en el tiempo con la historia de la mama de carlitos, la terminastes alguna vez? quiero volver a leer todos tus relatos te agradeceria si me lo mandas a veronikakelland@hotmail.com
la novela me encantaba tambien con la rubia que era muy pero muy dada

Rebelde Buey dijo...

LUIZER:
de a poco van a ir saliendo. serán unos 4 o 5 capítulos en la misma línea.

PI:
jajaj!! encima que le coge a la hija, se ofende!! ^^

SANTI:
jejej... apostaba un buen billete a que este relato te iba a gustar... ;-)

RAMIREZ DIAZ 1984:
parece que los diálogos gustaron mucho! menos mal, yo tenía mis dudas, pensé que quizá me había pasado de la raya

SOY UN CORNUDO:
eso es lo que más me gustó, jeje!! respecto de la continuación, no con amigos, porque sino se me va a parecer a cualquier otro relato. la tónica de esta serie es "suegro corneador + novia putita interesada en dinero". lo que seguirá va en esa línea, para mantener la coherencia y diferenciarla de otras series.

PEPE CORNUDO:
la idea era justamente sorprender y girar todo con esas dos palabras, jejeje.
respecto de un relato sobre una madre enseñándole a ser un buen cornudo a su hijo, pues... esa era la idea (hacia ahí iba) de la serie INFANCIA SUBURBANA.
tengo ganas de continuarla, pero no la voy a publicar.
¿a vos te gustaba esa serie?

VERONIKA KELLER:
los relatos están en la columna de la derecha. están todos completos excepto los de la nueva modalidad. pero si seguís los pasos que se explican en el blog, los vas a ir recibiendo todos.
los relatos que fueron borrados (excepto Infancia Suburbana) serán publicados de a pco para cubrir alguna falta mía en la programación quincenal de relatos.

————————————————————————————
Jorge, Ed, Marolio, Me.Ezequiel, Toroman, mmgmm y Lau CD, muchas gracias por el aliento! de a poco se irán sumando más relatos, siempre con esta modalidad anti-leachers.
si nos organizamos cogemos todos!! xD

Miguel dijo...

Enviame la continuación de Leche de engorde!! todavía no me llega!! :-(

Rebelde Buey dijo...

PARA RECIBIR EL RELATO COMPLETO, SEGUÍ LAS INSTRUCCIONES QUE ESTÁN POR TODOS LADOS EN ESTE MISMO BLOG.
;-)

Altair dijo...

Guau!!!, tremendo Rebelde. Como bien dicen es tu relato más explicito pero es muy agradable cómo te reinventas en cada uno de tus relatos.

Tengo que reconocer que para mi Infancia Suburbana era una maravilla, y es que el tema de las madres poniendoles los cuernos ya sean a sus hijos o a sus maridos es un tema que me excita muchísimo.

Por la cantidad y la calidad de los relatos, estás en un momento de inspiración tremendo, que suerte tenemos de poder disfrutarlo.

qbano dijo...

Hola rebelde, estupendo relato!! se me da un aire a eramos tan pobres que también me gusta mucho, aunque un poco mas de morbo no estaría mal ;)
Muchas gracias por tu trabajo y saludos desde cuba

Anónimo dijo...

despues de un largo mes de trabajo regreso a mi humilde hogar lo primero que estoy por hacer es ponerme al dia con tus relatos mi estimado maestro rebelde

saludos

sir

Anónimo dijo...

Epaviejo:
Muy bueno el relato, bien reflejada la pendeja interesada.
Te felicito.

GabrielT dijo...

ufff! me encanto... podria decir que esta en mi podio de relatos... justito detras de "Bombeando" (pero por muuuuy poquito!)... la parte donde el cornudo le dice como 5 veces que el padre se habia volteado a todas las novias... y ella le pide que se lo repita... EXCELENTE!!!!

Segui asi! espero ansioso la segunda parte...

GabrielT

Anónimo dijo...

Ay, ¿no me corrés la tanguita un poco para el costado, mi amor? Se está enredando con la pija de tu papá.

me volvio loco la imagen de esto, te pasaste

daaybar@yahoo.com.ar

Anónimo dijo...

Excelente , excelente!!!yo me quedo con:

"No séeehhh… me dijo que me daba tu sueldo… Ahhhh… y no lo pude evitahhhhr…"

no hay peor humillacion que esa frase....

Espero por el ultimo de Leche de Engorde
sinchino@hotmail.com

david tatuado dijo...

Hola.
Me encanto como se inicia esta serie!
Me gustaria que le agregues que la madre de agustin le cuente que es cornudo y que lo va a ser y fue siempre con su padre.
davidavi3@yahoo.com.ar

Anónimo dijo...

Hola, excelente relato. Me parece que hay material de una buena serie por acá.

Que ganas de poder leer el relato completo para poder opinar mejor.
luisrenato32@gmail.com
saludos!!

david tatuado dijo...

Volvi a leer la introduccion y me dieron mas ganas de leerlo completo!! que bueno que esta!!
davidavi3@yahoo.com.ar
Saludos

sheridan1000 dijo...

Estas historias me ponen. ;)

david tatuado dijo...

Me encanto!!! que la protagonista goce con el padre haga cornudo a su hijo es genial!!
espero ansioso continuacion!
gracias
davidavi3@yahoo.com.ar

david tatuado dijo...

la parte donde le dice al novio que se haga una pajita me encanta
saludos
davidavi3@yahoo.com.ar

vichpt dijo...

Saludos, como siempre muy buenos relatos por varias situaciones no había entrado, pero veo que sigues con tu línea es delicioso, por supuesto que prefiero nas morbo que leterario, aunque no le falta. gracias

Anónimo dijo...

sabes es muy exitante este relato me gustaria que hubiera un embarazo y que agustin pagara todo
dguarchajchox@yahoo.com

Anónimo dijo...

increible relato da ganas de leer mas y mas y mas...te felicito -- me envias el resto del relato genio? abrazo...condorsfh@gmail.com

Anónimo dijo...

ahora si amigo espero el resto del relato ya comente otros relatos enteros... un abrazo !! condorsfh@gmail.com

Victor Daniel dijo...

Este relato me encanta.
Quiero leerlo por completo, es muy morboso una person mayor cogiendo una pendeja de novia.
Me encanta , quiero que le diga al novio lo cornudo que es.

Anónimo dijo...

Los dialogos como siempre me vuelven loca. Espero que escribas alguna ves un relato de vacaciones con parejas amigas.
Mandame el relato completo !!!!!!
Gracias
Gabriela
gaby200432@hotmail.com

sheridan1000 dijo...

por favor una segunda parte

Andrés 12345 dijo...

Rebelde, me ecanto que en este relato le pusiste mucho incapie en los dialogos y el morbo que me provoca el cambio de actitud de la "nuera" del no al si de adicta no tiene precio!!
espero continue porque quiero saber mas ahora! jejeej
abrazoooooo

Marcos P dijo...

Excelente relato. Las fantasías en entorno filiales siempre son super morbosas, y esta en particular tiene unos diálogos entre padre e hijo que te hacen estar empalmado todo el tiempo. Fabuloso!!! Espero la continuación Rebelde Buey ;-)

Unknown dijo...

Sos muy talentoso, Rebelde, y tus relatos son lo más erótico que he lido

Anónimo dijo...

solapa 27:
muy buena rebelde, lo mas divertido fue esa parte
—¡Mi amor! —reclamó él—. ¡Decí algo!
—¡Qué pedazo de pija tiene tu papá…! ¡Ahhhhhhh…!
jajajjajajj.. lo dicho antes mezclas el morbo, el placer y el humor con tal facilidad que me quito el sombrero... buena sigue asi..

Anónimo dijo...

Nuuuuu!! morbosisimo!!! me encanto!

ferchu_0@yahoo.com.ar

Anónimo dijo...

Como podes err tan .... jajajaja cada vez me sorprendes mas LOCO!!
Estuve alejado pero ya volvi a leer tus historias

MIGUELITRO

Anónimo dijo...

Como siempre excelente, lo lei completo en mi mail.
Sos un genio rebelde, espero con ansias los relatos de leche de engorde 9 y 10 por favor, el 13 ya lo lei completo.
Gracias maestro.Soy CUERNITOS.

MAR dijo...

Realmente muy muy bueno. Por ahi, seria bueno que alguna vez incursiones en alguno donde la protagonista no se deje tan tan facil, para hacerlo mas caliente todavia.... pero la verdad es que tus relatos son excelentes...!

Anónimo dijo...

muy bueno el relato me encantó me quiero enterar de todo soy sharavalles@hotmail.com

Anónimo dijo...

Q putita la pendejita. cogerse al suegro es bien de turrita. Mira q hay hombres eh.Bueno cada uno hace lo que quiere.
Me tenia re calentita el relato.Como me dejaste...quiero leerlo completito.

luna mora

Jhon Hatcher dijo...

Muy Bueno me gustaría Saber Como Sigue Toda La Historia Dayana

Anónimo dijo...

Me gustaria recibir el relato, en vava@no-spam.ws

Unknown dijo...

Gran relato con algunos detalles memorables, como que el padre le pague a la nuera con el sueldo del propio cornudo. Seguiría con algunos detalles mas de corneadas con noviecitas anteriores, eso garpa mucho.
Felicitaciones, te encargo el proximo capitulo y Junior 1 si se puede. El emputecimiento maternal es mi debilidad, existe una posibilidad de poder leer Infancia Suburbana o hacer otra serie parecida? Un abrazo y mil gracias. Triko (gmbenitez1970@gmail.com)

Diegote dijo...

Magistral, como siempre. Tus descripciones son tan gráficas, tan vívidas...Agustín va camino a ser uno de tus cornudos más maltrechos, por un momento me pareció que era demasiado apaleo, pero la combinación de machazo + hembrón + interés pecuniario no deja lugar a sutilezas. Por privado te comento algo. Saludos.

Puta se nace dijo...

Me gustó, mucho.
No entiendo bien el sistema del envío y los comentarios, pero quisiera seguir leyéndolo.
Gracias

Anónimo dijo...

Hola me interesa el tema porque vivi algo similar. Quisiera recibir mas del relato. Mi mail es marquez.fernanda27@yahoo.com gracias

Anónimo dijo...

ruego para que sigan esta serie me encantaría seguir leyendo mas de esta serie por favor sigan sigan sigan esta deliciosa

trabajabdofederico dijo...

PRIMERO.-
Nosotros NO habíamos leído esta serie y es GENIAL!
Las situaciones son muy bien pensadas y las escenas de sexo por la diferencia de edades muy morbosas, pero…?
Las pláticas que tienen entre personajes son MAGISTRALES.
De verdad la releímos 2 veces inmediatamente.
Sus diálogos son pura INSPIRACIÓN.
NO pudimos parar de reír y de tener el pene erecto durante todo el relato, sin duda la mejor medicina para el estrés, GRACIAS autor.

SEGUNDO.-
Nuestros momentos favoritos:
1.- La primera escena y los argumentos (justificaciones) de Dayana.
- Yo me merezco pija… Ah Me merezco esta pija, Miguel… Ay por Dios, qué llena de pija me siento…
2.-Como la muy puta se desnuda ante otro hombre.
Dayana le sonrió, se desabotonó el jean y se bajó el cierre.
- Giró sobre sus pies quedando de espaldas a su suegro
3.- los diálogos
- ¡Decí algo! ¡Qué pedazo de pija tiene tu papá…!
- ¡Papá, la vas a lastimar! ¡Callate, cornudo, y anda a lavarme el jean!
- No soy de esas… Te juro que esta es la última vez que te hago cornudo… Vos confía en mí
- ¡Te las llenaba de leche, cornudooohhh!!
- Pero no lo puedo dejar así a tu papá. Sabes lo que le gusta acabarme adentro…
- ¡Sí, suegrito! Usted es un amor, ¡cómo me consiente!

4.- Como siempre hemos dicho tu cerebro vale oro.
NO te mueras nunca Rebelde.
Tus Fans de México.
Federico y señora.

Publicar un comentario